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Se acepta marmota como animal de compañía del Betis

El Betis de Mel es el Betis de los ciclos negativos que se repiten. Ocurrió en 2011, ocurrió en 2012 y está ocurriendo en 2013.

el 17 feb 2013 / 23:29 h.

Pabón recibe una falta de Mattioni.
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La alergia suele triunfar en primavera, cuando el invierno deja su sitio al calor y el ambiente se reseca, pero en el caso del Betis, que es un club con idiosincrasia propia hasta para esto, la estación enemiga de su salud debe de ser la del frío, al menos desde que lo comanda Pepe Mel. Es acabarse el verano y resecarse el equipo, futbolísticamente hablando. Y no es casualidad. Bueno, que se repita casi en la misma época sí puede tener un poco de coincidencia, pero el trasfondo importante es que este conjunto del madrileño, por lo que sea, se ha acostumbrado a pasar del blanco al negro sin un mal gris en medio. Se enciende y se apaga como si fuese una bombilla poco fiable y el resultado es una serie de rachas llamativas por radicales.

He aquí un breve repaso histórico. Diciembre y enero de 2010 y 2011: el Betis, en Segunda, remonta dos eliminatorias coperas al Zaragoza y el Getafe e incluso derrota al Barcelona, pero a cambio empalma cinco derrotas consecutivas en su Liga y casi echa a perder el ascenso. De septiembre a diciembre de 2011: el Betis, ya en Primera, pasa de ganar todo a acumular diez jornadas sin un triunfo y con nueve derrotas. Y, por fin, enero y febrero de 2013: el Betis, no sólo en Primera sino en un puesto de Liga de Campeones, le coge alergia a ganar y marcar goles y enlaza ya cinco jornadas sin vencer. Es decir, que el Betis de Mel se empecina en repetir esas rachas en las que desaparece y de momento ya va por la mitad de esa nefasta racha del año pasado (recordemos, diez jornadas sin ganar). Para denominar esa repetición de acontecimientos similares se suele emplear el término de día de la marmota, que como tal, encima, se celebra en febrero. Total, que aquí se acepta marmota como animal de compañía... del Betis.

Un último apunte. Jorge Molina perpetró un encuentro horrible, es verdad, pero no es justo crucificarlo. Primero, porque es uno de los dos delanteros natos que tiene el Betis a falta de que su entrenador cumpla lo que advirtió en la pretemporada y deje de poner a otros dos arietes (Campbell y Pabón) en la banda. Y segundo, porque en tres años como verdiblanco ha dado mucho más de lo que ha podido quitar. No es (sólo) suya la culpa de que el Betis esté como está. 

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