Parca en datos pero con amplios planes de celebración para la próxima semana, Ikea anunció ayer con algo de retraso el décimo aniversario de su implantación en Sevilla, que en realidad se cumplió el pasado 21 de enero. En esta década, según fuentes de la famosa cadena sueca de muebles móntatelos-tú-mismo, 32 millones de personas han vistado Ikea Sevilla, la mayoría para comprar sofás Ektorp, cocinas Faktum, colchones Sultan y perchas Boomerang. Se caen del ránking las famosas estanterías Billy, aunque el departamento de prensa no facilitó información ayer sobre si ha sido la evolución lógica después de que toda Sevilla las tenga ya en sus casas, o si el mérito es de un aumento de la venta de cocinas o sofás. Se echó de menos algún dato sobre ventas, no disponibles al no haberse ofrecido todavía los resultados generales.
Lo que sí quedó claro es que la tienda ha apostado fuerte por Sevilla en esta década, si se tiene en cuenta la inversión realizada durante este tiempo: 9.555.000 euros en instalaciones, esas de Castilleja de la Cuesta con cuyos problemas de tráfico hubo riesgo de morir de éxito, pero que se solucionaron con nuevos accesos. También ha sido mucho lo invertido en programas sociales, más de 260.000 euros, desde aquellos primeros cojines en forma de corazón con brazos cuyos beneficios se destinaron, al poco de abrirse la tienda, a programas de ayuda al Polígono Sur de Sevilla.
El dato del empleo es menos halagüeño: sus 351 trabajadores no son nada desdeñables, pero suponen una considerable reducción de puestos de trabajo respecto a los 473 empleados con los que Ikea contaba en Sevilla en su quinto aniversario, cuando la progresión era ascendente año tras año. En cuanto al número de socios de su tarjeta Ikea Family, que permite sustanciosos descuentos en productos seleccionados, asciende a 343.000.
La familia sevillana de Ikea, eso sí, tendrá que seguir aumentando por medio de los forofos de la decoración de diseño low cost, porque por el momento la cadena nórdica no parece que vaya a poder tener esa hermana sevillana que lleva años anunciándose. La segunda tienda de Ikea incluida en gran complejo comercial cuyos espacios se alquilarían a otros comercios y que está previsto en San Nicolás Oeste, depende de la construcción de la ronda de circunvalación SE-35 para garantizar el acceso hasta el recinto. Pero la carretera, diseñada cuando el dinero para infraestructura llovía desde las distintas administraciones, se frenó en los inicios de la crisis y así sigue. Muestra del cambio de ritmo es la postura del alcalde, Juan Ignacio Zoido, que durante la campaña electoral para las municipales de 2011 hizo bandera con que en 15 días solventaría todos los trámites administrativos necesarios para la instalación de Ikea en San Nicolás Oeste y hoy, dos años después, no ha conseguido desenmarañar la red de carreteras para que, si no el ramal de la SE-35, sea un desvío de la A-4 el que permita acceder a la tienda. En tres meses se decidirá si esta nueva opción es factible. Eso sí, el alcalde sigue insistiendo en que la apuesta de la firma por Sevilla es fuerte y que la inversión no peligra por la espera.
Lo que sí ha preparado Ikea es una fiesta para sus clientes, eso que durante estos diez años han consumido en su restaurante, según la información facilitada ayer, 15 millones de perritos calientes y 5 millones de sus típicas albóndigas suecas una cifra algo chocante porque la que facilitaron en su quinto aniversario era mayor.
Desde hoy sábado y hasta el próximo 25 de febrero se sucederán talleres, como el cuentacuentos en inglés que acoge la tienda hoy al mediodía y el próximo sábado a la misma hora; una fiesta del pijama el lunes 17 en la que al acudir en pijama se podrá obtener un descuento del 50% en determinados colchones; una baby shower para embarazadas el día 20 o la celebración infantil del décimo cumpleaños de Ikea, los días 19 y 24 a las 18 horas.
