Centenares de personas honraron hoy la memoria del dirigente soviético Yosif Stalin al depositar flores y velas en su tumba al pie de las murallas del Kremlin, en la Plaza Roja, con ocasión del 55 aniversario de su muerte.
El líder de los comunistas rusos, Guennadi Ziugánov, fue el primero en colocar un ramo en la tumba del jerarca, que se encuentra a espaldas del mausoleo que acoge la momia de Lenin, al que Stalin sucedió en 1922.
"Los méritos políticos de Stalin ante su país y el mundo son, sin lugar a dudas, grandes e incontestables. Sin Lenin y Stalin nunca hubiera sido posible la construcción de la gran potencia soviética", señaló Ziugánov.
El líder comunista, que quedó en segunda posición en las elecciones presidenciales del domingo, concedió a Stalin todo el mérito de la victoria sobre la Alemania nazi.
Seguidamente, una pléyade de dirigentes comunistas y nostálgicos presentaron sus respetos al hombre que dirigió con mano de hierro los destinos de la URSS entre 1922 y 1953, según informó la agencia Interfax.
Durante la jornada de hoy, todos los visitantes del mausoleo de Lenin podrán también acceder a la tumba de Stalin, informó un portavoz de los servicios de seguridad del Kremlin.
Mientras en Georgia, donde Stalin nació en 1879, su nieto, Yevgueni Dzhugashvili, aseguró que el camarada Stalin será recordado durante muchas generaciones: durante su mandato todo era para el pueblo y se hacía todo por el pueblo.
Además, se mostró contrario al traslado de los restos de su abuelo de Moscú a su ciudad natal, Gori, al considerar que sería restarle "significación histórica" y que el "pueblo ruso no lo permitirá".
Según una encuesta por el prestigioso centro Levada y difundida hoy por la agencia Interfax, el número de rusos que valora positivamente el papel de Stalin se ha reducido con el paso de los años desde la caída de la URSS.
Actualmente, un 39 por ciento de los ciudadanos cree que el dirigente jugó un papel positivo en la vida del país (53 por ciento en 2003), mientras un 38 cree lo contrario, que fue negativo.
En octubre del pasado año el presidente ruso, Vladímir Putin, se sumó por primera vez a la condena de las represiones políticas soviéticas, cuyas víctimas rondaron los 30 millones de personas.
Putin, que calificó en su momento la caída de la URSS como la "mayor catástrofe geopolítica del siglo XX", es precisamente criticado por encabezar una "neosovietización" de la sociedad rusa.
La represión política fue especialmente terrible durante el mandato de Stalin -unos cinco millones de personas fueron condenadas entre 1922 y 1953-, pero ésta no se interrumpió a su muerte pese a la amnistía general decretada por el Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS).
