El derrumbe de la tienda de Muebles Peralta, que causó cuatro muertos y 182 heridos en una de las mayores catástrofes registradas en Sevilla, cumple el próximo miércoles diez años con la totalidad de las víctimas indemnizadas aunque algunas siguen arrastrando las secuelas.
El hundimiento de la tienda, situada en la autovía Sevilla-Cádiz, se produjo a primera hora de la mañana del 3 de febrero de 2000, cuando dos centenares de personas se concentraron en respuesta a una oferta de 46 sillones, cuyo precio de 234 euros se había rebajado a 18 euros.
El suelo cedió y las víctimas cayeron desde una altura de cuatro metros al sótano de la tienda, lo que obligó a movilizar el protocolo de catástrofes, con actuación conjunta de la Policía Nacional, Guardia Civil, bomberos de varias localidades y servicios sanitarios para repartir a las víctimas entre todos los hospitales cercanos.
Diez años después, el local que ocupó la tienda siniestrada es un solar baldío pero Muebles Peralta sigue con su negocio abierto en distintos puntos de Andalucía, tras un desembolso millonario en el que el dueño Francisco Peralta, incluso con su patrimonio personal, indemnizó a plena satisfacción a la totalidad de los 186 afectados.
Ello le permitió llegar al juicio, celebrado en abril de 2003, con la totalidad de las víctimas indemnizadas, lo que hizo que la juez acordase imponerle una condena de solo un año de prisión, pese a que la Fiscalía había pedido tres, al aplicar la atenuante "muy cualificada de reparación del daño causado", que el empresario se propuso cumplir "desde el primer día y sin esperar a que hubiera una sentencia".
Diez años después, algunos de los heridos más graves han logrado rehacer sus vidas pero otros siguen arrastrando las secuelas, según han explicado a Efe sus abogados.
Así, una mujer que sufrió la fractura de la pelvis, de las dos piernas y la pérdida del bebé que esperaba ha rehecho su vida y ha tenido hijos, tras una rehabilitación de varios meses en la que tuvo que permanecer postrada en una cama y mudarse a una vivienda adaptada.
Sin embargo, otra mujer de 38 años, madre de tres hijos, quedó parapléjica, sigue en silla de ruedas y ha tenido diversas complicaciones como una grave peritonitis que la tuvo al borde de la muerte, como consecuencia de una apendicitis de la que no se percató al tener insensible esa parte del cuerpo.
Tras negociar una a una cada indemnización, la víspera del juicio se cerraron las dos más importantes: la de esta mujer y la correspondiente a un matrimonio que fue indemnizado en 601.012 euros.
El empresario dijo al terminar el juicio que se proponía "pasar página, pagar las deudas y sacar adelante el negocio", porque estaban "endeudados hasta los ojos con bancos y amigos".
