Si la sevillana Cajasol tuviera la importancia para Andalucía que tiene La Caixa para Cataluña, acaso en vez de hablar de CaixaForum en Sevilla, hablaríamos de CajaForum. O de ese proyecto de La Caixa y de otro u otros más, en la misma línea de importancia. Sin rodeos, si Andalucía tuviera una única y potente entidad financiera, mejor nos estaría yendo ya y no que, todavía, seguimos discutiendo sobre lo que les interesa a algunos que gustan de alimentar hasta el hartazgo tristes y alicortos localismos que tantas cosas agostan en Andalucía. Una caja con sede donde se acuerde. Y, por cierto, sea en Sevilla o en cualquier otra ciudad donde se ubique, ésta debería ser discusión tan menor que apenas se produjera.
El vicepresidente económico de la Junta, José Antonio Griñán, ha dicho algo que va a misa: existimos los andaluces y debe existir Andalucía, y no andaluces de un sitio o de otro. Y hablaba justamente de la necesidad de pensar en las razones económicas y financieras para que haya una gran caja, que son las que importan y no el lugar en el que esté su sede. Hace falta para fortalecer nuestro sistema financiero una entidad que pueda medirse en ambición y actuaciones con cajas como la catalana, cuya fuerza se deja notar tanto dentro como fuera de Cataluña, contribuyendo a la riqueza y a la influencia de Cataluña en el Estado. Ni más ni menos.
Pero aquí todavía falta que algunos se den cuenta de que cada vez tienen más doblada la cabeza, de no mirar más allá de la punta de sus zapatos. Si el CaixaForum de Sevilla abrirá puertas a la cultura y provocará seguramente reacciones positivas en cadena, una gran caja de ahorros fuerte y potente, abriría posibilidades y derribaría muros que falta hace que desaparezcan.
Periodista
