El ministro de Industria, Turismo y Comercio, Miguel Sebastián, pidió ayer a Repsol y a Sacyr, tras el acuerdo alcanzado por la constructora con la mexicana Pemex con el que controlan casi el 30% de la petrolera, que en el conflicto abierto entre ellas "dejen en paz" al Gobierno, cuya posición en esta controversia es "neutral".
"He tenido una buena relación institucional con todas las personas que están metidas en esta operación, de un lado y de otro, y por eso pido que nos dejen al margen y en paz, que ya tenemos bastantes problemas", afirmó durante el Encuentro de Telecomunicaciones de la Universidad Menéndez Pelayo (UIMP).
"Que utilicen sus herramientas para atacar al otro, pero al Gobierno que le dejen en paz", señaló, antes de asegurar que "el Gobierno no interviene en este tipo de participaciones".
Además, Gas Natural Fenosa ha remitido un escrito a la Comisión Nacional de la Energía en el que le solicita que admita su personación en caso de que el regulador decida analizar el pacto entre Sacyr y Pemex y el expresidente del Gobierno Felipe González ha expresado sus reticencias sobre el mismo. Sebastián le respondió recordando a González que es consejero de Gas Natural Fenosa, empresa participada en un 30% por la petrolera.
"Pemex entró en Repsol cuando González era presidente del Gobierno", afirmó, antes de recordar, en alusión a Sonatrach, que, desde que el expresidente está en Gas Natural, "una empresa argelina pública ha entrado con un 4% en el capital".
"No creo que nadie haya puesto en duda la españolidad de Gas Natural, que también es una empresa estratégica", afirmó. "Lógicamente, somos neutrales porque no participamos en ninguna empresa privada, mientras que el expresidente del Gobierno está en el consejo de una empresa", zanjó, antes de asegurar que "la españolidad está bien definida" en el acuerdo de Sacyr y Pemex.
"Con españolidad nos referimos a dos cosas: que el principal accionista sea español, lo que se cumple, y que la suma de la participación de las empresas españolas sea mayor que la participación de las empresas extranjeras. Estas dos cosas se cumplen y en ese sentido creemos que se garantiza la españolidad", afirmó.
El ministro aseguró que el Gobierno considera que la operación es "estrictamente empresarial" y que su "margen de actuación para evitar operaciones empresariales es prácticamente nulo". "Lo único que interesa es que una empresa estratégica cuyas reservas son las reservas de España continúe siendo española. Es lo único que nos preocupa y de lo que estaremos pendientes".
Sebastián se refirió al cambio organizativo de Telefónica, del que destacó que lo importante es que el núcleo de la multinacional "sigue en España", después de que haya dividido el negocio en Latinoamérica y Europa. "La sede corporativa sigue en España, que es lo importante en un negocio cada vez más global y, aunque ha trasladado una división a Londres, el núcleo de la compañía sigue en España".
