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Seguridad versus devoción

«Las imágenes siempre serán vulnerables a un hecho vandálico»

el 26 jun 2010 / 18:00 h.

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Un vigilante privado en la Basílica del Gran Poder.

"Desgraciadamente, tal y como entendemos la devoción en Sevilla, donde la cercanía de la imagen a los fieles es algo consustancial, las imágenes de culto serán siempre vulnerables a un hecho vandálico, a no ser que se cierre herméticamente el camarín o el altar, y aquí no estamos acostumbrados a eso". Quien así se pronuncia es el arquitecto Jacinto Pérez Elliot, responsable del diseño del sistema de seguridad implantado en 2008 en el camarín del Señor del Gran Poder.

Todas las medidas de seguridad con las que se dotó entonces al camarín del Señor para su mayor protección y conservación se revelaron insuficientes el pasado domingo, cuando un aparente perturbado mental se encaramó en cuestión de segundos al pedestal de la imagen con intención de hacerla caer. "Dotamos al camarín de medidas de seguridad contra incendios por medio de un telón cortafuegos, se instaló un sistema de climatización para mantener estables las condiciones de humedad y temperatura y hasta protegimos a la imagen de agentes como el humo de las velas y el polvo mediante una cortina de aire que aísla el camarín. Pero no se vio que fuese necesario entonces tomar otras medidas de seguridad. Se pensó en todo, menos en la sinrazón del hombre", explica el arquitecto.

Como experto en el ramo, Pérez Elliot ya ha sido sondeado por la cofradía de la Madrugá para estudiar medidas de seguridad adicionales en el camarín del Señor que permitan compaginar la protección de la valiosa talla del Nazareno con el acceso y la cercanía de sus devotos. "Ahora mismo estamos estudiando esas medidas y todavía no se ha decidido nada. Tampoco creo yo que sea muy difícil. Lo más razonable -apunta- sería la instalación de un vidrio de seguridad antireflectante, de manera que no produzca deslumbramientos, y con las suficientes garantías como para que nadie pueda perpetrar otro ataque de ese calibre", asegura.


El también responsable del diseño del telón cortafuegos que protegerá de las llamas a la imagen del Cachorro entiende, no obstante, que las imágenes en Sevilla, "desgraciadamente", se mostrarán siempre vulnerables "por el sentido de culto que tenemos nosotros". "Garantizar al cien por cien la seguridad de una imagen ante un hecho vandálico es casi imposible, ya que no se puede privar a los feligreses y a los devotos de la cercanía con la imagen. Es difícil mantener el equilibrio entre seguridad y devoción", concluye.


Mientras se estudia cómo preservar al Gran Poder del ataque de cualquier perturbado, la hermandad ha restringido el acceso al camarín a la mínima expresión -permanecerá cerrado a excepción de los viernes- y ha contratado vigilancia privada para custodiar los besos al Nazareno.


El inesperado ataque al Señor de Sevilla ha sembrado la inquietud en otras muchas hermandades, algunas de las cuales exponen a sus imágenes en besapiés permanente o custodian tallas catalogadas como obras de arte universales. En la cofradía del Cachorro, su hermano mayor, José María Ruiz, señala que la agresión al Gran Poder es "un hecho aislado obra de un loco", por lo que no van a adoptar "medidas especiales". "Si alguien quiere hacer daño a una imagen, lo hará por mucha seguridad que quieras ponerle", dice.

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