Antes de que corran la misma suerte que el Palenque o el pabellón de la Santa Sede, Cultura ha blindado los símbolos de Hungría, España, Andalucía, la Navegación, Finlandia y Francia, todos ellos construidos para la Expo'92. La Comisión Provincial de Patrimonio les dio a finales de enero su bendición.
Desde entonces se pueden incluir en el Catálogo del Patrimonio Histórico Andaluz. Por tanto, los que tenían un futuro bastante incierto, como es el caso del pabellón de Hungría, no se podrán derribar. Es más, sus propietarios tienen el deber de conservarlos, mantenerlos y custodiarlos de manera que se garantice la salvaguarda de sus valores.
Así, el edificio de Hungría, el de la Energía gestionado por Expoan (empresa de Luis Portillo), no podrá ser destruido ni siquiera trasladado a un parque como la compañía propuso al Ayuntamiento. No en vano, este pabellón está considerado como una joya de la arquitectura realizada en madera, con un armazón que recuerda el vientre de una ballena. Lo que sí es cierto es que el paso de los años, 16 ya, se nota en sus techos y paredes.
Según la resolución de la Comisión Provincial de Patrimonio, en muchos casos estos pabellones se consideran significativas "obras de autor", son inmuebles que la crítica ya ha reconocido por sus aportaciones estéticas, así como por la eficacia de su diseño o por las soluciones o depuración técnica de su ejecución.
Por ejemplo, se destaca la complejidad constructiva del pabellón de Andalucía, ocupado hasta ahora por la RTVA.
El de la Navegación, del arquitecto sevillano Guillermo Vázquez Consuegra, se articula en dos construcciones (una destinada a servicios como cafetería o restaurante, y otra para usos propios de la exposición) unidas a través de una gran rampa escalonada cubierta, que al mismo tiempo que las une, se configura como una puerta al río. Se establece una relación visual directa con el muelle, los barcos, el río y la ciudad. Un enclave perfecto para el futuro Museo de la Navegación.
El objetivo es que en octubre de 2009 abra sus puertas este museo con un mar compuesto por más de 8.000 leds (diodos emisores de luz) en una superficie expositiva de 1. 200 metros cuadrados. No obstante, dichas obras tendrán que acompasarse con las del rascacielos de Cajasol, que se construirá junto al pabellón de la Navegación.
Otro de los edificios protegidos es el de Finlandia, la llamada Garganta del Infierno, nombre de un accidente natural de ese país. Un grupo de estudiantes de Arquitectura diseñaron el pabellón finlandés, que celebró en 1992 su 75 aniversario de su existencia como Estado.
