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Seis relatos que ocultan la verdad del caso Marta

Hasta seis relatos distintos sobre cómo ocurrió el crimen de Marta han llegado a ofrecer entre Miguel Carcaño y su ex novia, al margen de las versiones en las que los implicados se declaran inocente tras haber reconocido su participación.

el 14 nov 2009 / 21:07 h.

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¿Qué ocurrió la noche del 24 de enero en la que desapareció Marta del Castillo? 284 días después, casi diez meses, cómo ocurrió el crimen y dónde está su cadáver siguen siendo las grandes incógnitas. Se ha removido agua, tierra y hasta toneladas de basura para localizarla, pero su paradero sigue siendo tan misterioso como la verdad que se oculta tras las seis historias distintas que se han ofrecido de su muerte, algunas de ellas corroboradas por alguno de los cinco imputados.

Tras todos estos relatos se esconde la misma cabeza pensante: Miguel Carcaño. Él ha narrado cuatro secuencias diferentes de un mismo hecho y ha llevado la búsqueda a dos escenarios: el río y el vertedero. Cientos de millones, horas y horas de trabajo y un dispositivo sin precedentes para que ahora acabe diciendo que él no sabe dónde está. La otra protagonista de esta ceremonia de la confusión es la ex novia de Carcaño, quien tras asegurar que Miguel le dijo que la idea de tirar a Marta al río fue de su hermano, a los ocho meses del crimen ofrece a la Policía un relato completamente distinto: Marta murió a golpes y fue escondida en un descampado en Camas.

¿Quién miente? ¿La niña o es verdad que Miguel le contó todo esto el mismo día de los hechos? La menor, de 14 años, dijo a los agentes que no había contado nada por miedo, porque había sido amenazada por Javier Delgado, el hermano de Miguel. Sin embargo, Carcaño sostiene que nunca le contó nada de lo ocurrido a la familia de Camas, con la que convivía cuando Marta murió.

La Policía y el juez prácticamente no le han dado credibilidad a esta última versión de la menor, que no ha sido llamada a declarar en el juzgado. Únicamente se ha buscado a Marta en la zanja de Caño Ronco para agotar "todas las posibilidades" porque el cadáver sigue sin aparecer. De hecho, se ha abierto una pieza separada para la búsqueda del cuerpo, que se mantendrá abierta indefinidamente y en la que se practicarán "incansablemente" todas las diligencias que sean necesarias.

¿Hacia dónde apunta entonces la investigación? La Policía parece tener claro que la primera versión es la más creíble, porque es en la que coincidieron tanto Carcaño como Samuel Benítez y El Cuco. Además, pese a que Miguel nunca implica a su hermano, la investigación también tiene claro que participó en los hechos.

Sin embargo, en el relato que hicieron las partes en la comparecencia del pasado 9 de septiembre, tanto la Fiscalía como la acusación particular le imputan a Miguel un delito de asesinato y otro de violación. Es decir, las acusaciones se quedan con la tercera versión de Miguel en la que reconoció que él y El Cuco violaron a Marta y que fue el menor quien la estranguló mientras él la sujetaba, lo que convierte en autor de la muerte, aunque con esto intentara cargársela a El Cuco. Un día antes de este relato, ya intentó librarse de toda culpa con su segunda versión: fue el menor quien la violó y la mató mientras él miraba. "Era poco creíble que él se quedara mirando sin hacer nada", aseguran fuentes del caso, "no ofreció ninguna respuesta coherente cuando el juez le pregunta qué hacía él mientras". El capítulo que está menos claro es cómo se deshicieron del cuerpo.

Cuando fue detenido Miguel no habló de ningún coche, fue Samuel quien dijo que usaron el vehículo de la madre de El Cuco, que así lo reconoció. Luego los dos se echaron para atrás, negando su participación que reconocieron "por presiones policiales", algo inexplicable cuando declararon ante sus letrados y, en el caso del menor, en presencia de sus padres. Pero en ese coche no había ni rastro de Marta, tampoco en los otros seis más que se han revisado.

Luego Miguel dijo que la llevaron al contenedor -fue cuando se inició la búsqueda en el vertedero- usando la silla de ruedas, en la que el único rastro de Marta está en las empuñaduras. Nada, otra búsqueda que fue infructuosa, pese a que Carcaño insistía en que decía la verdad en la carta que escribió cuando intentó suicidarse. No debía ser así, cuando en septiembre volvió a recular. No hubo violación y volvió a la versión inicial: un golpe con el cenicero, pero en esta ocasión no acaba la historia en el río, sino que dijo no saber dónde está porque se la llevaron El Cuco y Samuel en un coche del tío de éste.

Golpe y río, la participación de Javier en los hechos, El Cuco la violó y luego la mató, la violación conjunta; de nuevo un golpe y la zanja de Camas. Es el resumen de cinco relatos, al que aún se suma uno más: el último de la menor. Ella dice ahora que Carcaño le confesó que mató a Marta de un golpe y que él y su hermano le propinaron puñetazos y patadas. Luego la tiraron en Camas con la ayuda de "unos más". La mancha de sangre que hace meses dijo ver en el pantalón de Miguel el 24 de enero, desaparece en este relato. ¿Quién dice la verdad? Una búsqueda entre palabras, que aún no ha aclarado qué pasó con Marta.

Las contradicciones de la menor

El último relato ofrecido por la menor presenta varias contradicciones que le restan credibilidad. La ex novia de Carcaño asegura en su declaración policial que el móvil de Carcaño, que dejó olvidado al volver a León XIII, estuvo toda la noche sonando, cuando el registro de llamadas revela que hay varias horas en la madrugada durante las que Carcaño no recibió ningún tipo de llamada.

Además, en su primera versión la menor dijo que cuando Miguel llegó a la casa tenía una mancha de sangre en el pantalón y que se lo quitó y lo metió en la bañera, que es dónde solían poner la ropa para que la abuela la lavara. Sin embargo, en esta última testifical esa mancha desaparece, pues Rocío dice que no vio nada extraño en la ropa que llevaba Carcaño.

Otra de las contradicciones son las amenazas telefónicas que dice que recibió tras ocurrir los hechos y en las que se escuda. Según el reconocimiento de voz que hizo en la Policía, eran del hermano de Miguel, Javier Delgado. Sin embargo, en la primera declaración ella dijo que Javier estaba en el piso y que fue el que tuvo la idea de tirar el cuerpo al río. No concuerda, por tanto, que si le tenía miedo, le implicara.

 

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