Imagen de archivo de jóvenes sevillanos haciendo un examen de Selectividad en la Universidad Pablo de Olavide. / antonio acedo La Universidad está patas arriba pero sigue siendo la apuesta de las familias para el futuro de sus hijos. Becas recortadas, fondos públicos exiguos para financiar la investigación y un muro de contención que impide el recambio del profesorado. Este es el escenario grosso modo con el que se van a encontrar los seguro más de 10.000 estudiantes sevillanos que desde el jueves 12 y hasta el sábado 14 de junio harán la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU), la antigua Selectividad. La vicerrectora de Estudiantes, Cultura y Participación Social de la Olavide, Elodia Hernández León, explica que, en el caso de su universidad, «estamos trabajando para evitar a toda costa que salgan del sistema» estudiantes con dificultades reales para terminar sus estudios. De hecho, la tasa de abandono entre el curso 2011/2012 y el siguiente se incrementó en un 1,4%. Y cuando se cierren los datos del actual, la tasa «subirá porque un número significativo» de alumnos no han podido aún hacer frente al pago de la matrícula. Pese a la política del ministro José Ignacio Wert que pone en entredicho la continuidad del sistema público universitario tal y como se conoce desde hace décadas y pese a los datos arriba expuestos, las familias están dispuestas a hacer (más) sacrificios. Para esta Selectividad, en el caso de la Universidad de Sevilla, hay 283 alumnos más que harán la PAU, según los datos facilitados a este periódico por los responsables de la organización de esta prueba en la Hispalense. En total, serán 8.816 frente a los 8.533 del curso actual. Y los estudiantes deben tirar de cartera desde antes de conquistar una plaza universitaria. Para la prueba de fase general, el precio es de 58,70 euros; en el caso de la específica, 14,70 euros. La oferta de plazas entre las dos universidades sevillanas supera las 14.000. Los estudiantes que harán la PAU a partir del jueves pueden ser los últimos que se sometan a este sistema de cribado. El Gobierno del PP aprobó el pasado sábado el Real Decreto en el que se da forma al sueño de Wert: implantar un sistema de admisión en el que sea cada Universidad la que fije los criterios previa consecución por parte del alumno de su título de bachiller. En la disposición adicional cuarta (Calendario de implantación, se titula), el ministerio fija que el nuevo sistema de acceso entrará en vigor en el curso 2017/2018 para los estudiantes de Bachillerato LOE (la Ley conocida como Ley Wert). El resto de estudiantes, los procedentes de la FP y los que van a entrar ahora en Segundo de Bachillerato LOE, podrían encontrarse con un modelo de selección diferente al actual. ¿Y en qué consistiría la diferencia? Pues en que el Gobierno abre la mano para que cada Universidad diseñe el camino de acceso a su oferta y que, una vez más, opta por generar «incertidumbres» en el sistema. En la disposición transitoria única, el texto deja abierta la puerta a que la Universidad que quiera «pueda salirse del sistema actual ya en el próximo curso», explican fuentes académicas a este periódico. «Lo que las universidades vayan a hacer hay que dejarlo claro ya en septiembre, porque para los estudiantes que el curso próximo vayan a empezar Segundo de Bachillerato (LOE) es vital», su-brayan las citadas fuentes. Cierto es que el Decreto permite que las universidades consensúen una prueba única y que en el caso de Andalucía así se va a hacer, tal y como se comprometió el Gobierno andaluz hace ya meses cuando Wert desveló sus intenciones. Los expertos consultados plantean el siguiente interrogante: ¿el acceso que propone el Gobierno dota al sistema de más transparencia? ¿Mantiene el principio de igualdad? Todos ellos coinciden en que si el acceso va a depender de cada Universidad, «sin la intervención de nadie más», hay más posibilidades de aplicar criterios «arbitrarios». Mientras el Gobierno, las comunidades y las universidades se ponen de acuerdo en cuál es la mejor manera de acceder a una carrera, los estudiantes sevillanos deben saber cuáles son las opciones que tienen en función de sus notas. Aquí una breve guía útil: en los últimos años se han impuestos las dobles titulaciones al tener mayor salida laboral. En el caso de la Olavide, Biotecnología lleva años ocupando el primer puesto, con una nota de 12,790, seguida de Humanidades y Traducción (inglés), Derecho y ADE (inglés), Administración y Dirección de empresas, Derecho y Criminología y Traducción e Interpretación (inglés y alemán). En el caso de la Universidad de Sevilla, la conjunta de Física y Matemáticas desbancó el año pasado a Medicina de los primeros puestos con una nota de 12,828, seguida de la citada Medicina, Biomedicina y Bioquímica.