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Señales de alarma

Tragedias como la de Écija dejan al descubierto las fallas de una sociedad -la nuestra- que creemos desarrollada. Hemos avanzado, y mucho, en cobertura social general...

el 15 sep 2009 / 03:33 h.

Tragedias como la de Écija dejan al descubierto las fallas de una sociedad -la nuestra- que creemos desarrollada. Hemos avanzado, y mucho, en cobertura social general y, seguramente, en ingresos, más sólidos y más altos que los de hace 30 años; nuestras infraestructuras tienen nivel europeo y buena parte de los andaluces usamos internet. Y, sin embargo, existen reductos en los que, mentalmente, no se han abandonado del todo los parámetros de los colectivos primarios, de una sociedad tribal. No existe normativa que impida hacer de nuestra propia casa una cárcel ante el fuego, no están grabados en cada ciudadano los teléfonos de urgencia, no ejercemos una solidaridad racional, seguimos sin conocer a Descartes.

Porque, sobre todo y desgraciadamente, la agresión parece ser consuetudinariamente el "recurso del método"; con demasiada frecuencia, el dolor se desfoga con primitivismo en un barrio, en una huelga, en una plaza de toros, en un colegio. Para salir de una larga dictadura donde imperaba el ordeno y mando y el atraso secular se necesitan viviendas, autovías, hospitales, escuelas y polideportivos pero más aún el aprender a vivir en comunidad, el respeto al trabajo de los profesionales, la aceptación de la ley como único recurso. Mientras eso no exista seguirá siendo verdad la definición que Matías Picavea dio de España de 1898, la de "una tribu con pretensiones".

Antonio Zoido es escritor e historiador

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