Nueve puntos de diferencia sobre el cuarto, 57 puntos en la Liga, consolidado en la tercera plaza... Para que el Sevilla no alcance la Liga de Campeones en los nueve partidos que quedan la debacle futbolística debería tener dimensiones históricas. Como histórico es el Sevilla, que ayer, en un partido discreto, volvió a ganar.
El Sevilla ha puesto la quinta marcha en la Liga, ha tomado la velocidad de crucero y cual metro reluciente se encamina a su próximo y principal destino, que no es otro que la Liga de Campeones, sin obstáculos y a buen ritmo. Gana donde tiene que ganar y a quien tiene que ganar.
No hizo un buen partido ayer ante el Recreativo, tampoco fue malo, pero a este equipo le vale con la discreción para seguir sumando puntos, y ya van 57, como nunca antes en su historia. Bastó un gol de penalti de Kanouté para aventajar además al cuarto clasificado, el Villarreal, en tres puntos más, ofrecer a sus seguidores una Semana Santa tranquila y feliz y de paso hundir un poco más al Recreativo, que le ve las orejas al lobo, sobre todo teniendo en cuenta lo que le viene encima.
En el inicio del partido el Sevilla dio continuidad a su buena imagen de los últimos encuentros. Se fue a por el partido, se hizo con el balón y miró a la portería rival sin especulación. Este arreón le dio incluso para poder adelantarse en el marcador en dos acciones en los primeros cinco minutos: Romaric (1') y Kanouté (4').
Pero igual que salió de forma explosiva se esfumó sin más. La respuesta del Recreativo, alimentado por las temerarias dudas -no es novedad- de Mosquera, rebajó la osadía y la confianza sevillista. Menos mal que el colombiano encontró su réplica en la delantera del Recreativo. Maidana falló dos de las oportunidades más claras que puede tener un delantero, profesional o no. La primera en el área chica, solo, con el pie (6'). La segunda, de cabeza, ante la pasividad de Mosquera y de Fernando Navarro (19').
Salió vivo el Sevilla de esta respuesta local comandada por los eléctricos Camuñas y Adrián, y le costó caro a los onubenses. Porque pese a su debilidad en el repliegue en muchas fases del partido, el conjunto de Jiménez volvió a reencontrarse con el balón y con el peligro. Así volvió a merodear las inmediaciones del conjunto choquero hasta hacer sangre.
Fue en una jugada de fe de Fernando Navarro, cuyo pase a Renato ocasionó un claro penalti que aprovechó Kanouté para celebrar con gol su renovación (32'). Entonces sí, entonces el Sevilla recuperó ya toda la confianza y empezó a mover la pelota con sentido y con calidad, y pudo rematar el partido en los últimos minutos del primer periodo del choque.
Con el resultado a favor el Sevilla salió tras el descanso a intentar resolver el encuentro cuanto antes, pero también el Recre tuvo que algo decir. Dando más sensación de peligro que peligro real, merodeó el área nervionense aprovechando la corpulencia de Ersen Martin, uno de los cambios de Alcaraz.
Pudo el turco marcar (73'), pero realmente las ocasiones más claras fueron las sevillistas a la contra, de Kanouté y de Koné (80' y 84'). Con todo, pese al exiguo resultado no sufrió más un Sevilla solvente y autoritario. De Liga de Campeones.