"Esto es agotador. Se puede ser madre soltera pero con muchísimo dinero y no teniendo que trabajar tanto". Es la experiencia de Lola, que lleva los 16 años de su hijo haciéndose cargo sola de él. Nunca estuvo casada con el padre, aunque éste sí reconoció al niño desde el primer momento y le pasa una pensión alimenticia. "Yo no fui al juez ni nada, lo arreglamos entre nosotros, y me da unos 250 euros, pero me lleva dando lo mismo desde el principio", relata. Tampoco tienen formalizado legalmente un régimen de visitas estricto. "Él lo ve cuando quiere, ahora se está preocupando más, pero depende, también tiene su vida. Todo es muy complicado", explica Lola.
Ser familia monoparental da puntos en el baremo para la escolarización y ahí Lola sí reconoce una ventaja porque "pesa tanto como tener hermanos en el centro". Sin embargo, en cuanto a las cuotas de las actividades extraescolares, en el caso de los colegios concertados, afirma que siempre ha pagado "lo mismo que los demás" y las deducciones en la renta por hijo menor a cargo son las mismas que para el resto de las familias. "Creo que hay unas ayudas familiares pero es más el papeleo que el dinero que te dan", dice.
En su caso, reconoce haber notado que "al niño le hace falta el referente masculino", si bien también aclara que su hijo es "bastante difícil" y los psicólogos sí le han destacado esa falta. No obstante, Lola explica que no sólo tiene que ver con la ausencia diaria de un padre sino con el hecho de que al estar sola y tener que trabajar, tampoco ella está todo el tiempo que debiera con él. "Ahora que yo trabajo por las tardes, apenas nos cruzamos y él pasa mucho tiempo solo. Cuando era más pequeño lo dejaba con mi hermana y sus primos, pero ya no quiere", subraya.
