Sus 28 años sintiendo la fiesta atesoran experiencia suficiente para que Sergio se lance al ruedo del Teatro Oriente donde el paralelismo entre su vida y el carnaval han sido el eje del pregón en el que diserta sobre "cómo el carnaval repercute en mi vida, en todos los sentidos, desde mis niños, mi mujer, mis hermanos y hasta en mi trabajo".
Corría los años 80 y su vida cambiaría por dos razones que han marcado a fuego la personalidad de este moronense: comenzó a cortar jamón en la charcutería de su madre y le entró el gusanillo del carnaval. Por eso, este año pasa a la historia para este cortador porque sus dos pasiones se unieron: entre viaje y viaje ha escrito su pregón. Alemania, Barcelona o Palma de Mallorca fueron los destinos donde las letras cogieron forma con párrafos escritos entre España y el extranjero. "Cuando soltaba el cuchillo me ponía a escribir", dice.
Numerosas son las anécdotas sobre su vinculación con el carnaval. Pero hay una que nunca olvida: cuando trabajaba en San Sebastián fue una semana antes al carnaval para "ensayar con su agrupación tocando la caja". "El debut fue un domingo y tuve que ir de paisano porque al terminar me esperaba un coche para coger el avión rumbo otra vez al norte".
Su disfraz este año lo tenía claro: "de pregonero". Además su agrupación decidió que si yo era elegido "todo el repertorio formaría parte del pregón". Y así es.