El aire es tan distinto en el Betis que hasta el gran motivo de preocupación de Víctor Fernández -al margen de que Emana dispute el domingo su último partido de la temporada- le está dando razones para el optimismo. Sergio García mejora a pasos inesperadamente grandes de su lesión de rodilla y tiene muchas posibilidades de estar para algo más que los dos últimos encuentros de Liga. Está realizando un esfuerzo ímprobo en su rehabilitación y no es que apenas sienta dolor en la articulación, es que la inflamación ha remitido bastante. La implicación de Sergio ha impactado a Víctor, que por supuesto está muy satisfecho con el compromiso del atacante. Su reaparición, prevista en principio para la penúltima jornada en Salamanca, podría adelantarse una semana, en el partido casero contra el Numancia.