Tres salidas en tres días. Si Melli se marchó el viernes y Nano el sábado, ayer fue el turno de Sergio García, que al mediodía abandonó la concentración de La Manga para poner rumbo a Barcelona y cerrar las negociaciones para convertirse en el tercer fichaje del Espanyol. De esta manera, el Betis sigue aligerando su extensísima plantilla y, además, se ha quitado de encima una de las elevadísimas fichas que tanto traían de cabeza a los responsables económicos del club.
El futbolista, siempre con permiso del Betis según dijo a la salida del hotel de concentración en tierras murcianas, tomó un avión desde Alicante con destino a la Ciudad Condal para acabar de cerrar su regreso a la capital catalana. El jugador formado en la cantera del FC Barcelona vuelve a su ciudad para enrolarse, esta vez, en el conjunto ‘perico'. Si finalmente se resuelven los flecos pendientes, el Espanyol habría de ingresar 1,8 millones en las arcas del club verdiblanco, pero el montante de la operación ascendería a tres millones ya que el futbolista perdonaría gran parte del millón doscientos mil euros que le debe el Betis en concepto de ficha de la pasada campaña, un ejemplo de las ganas que tenía Sergio de volver a jugar en Primera división, ya que incluso se ha rebajado la ficha.
Sobre todo, la operación beneficia al equipo de La Palmera en el sentido de que se quita de en medio uno de los prohibitivos sueldos que tanto interés tenía Luis Oliver en ahorrarse. Si todo va como debiera, el traspaso deberá cerrarse hoy en el transcurso de una reunión que tendrán representantes del Espanyol y el Betis con el agente del jugador, Mágico Díaz.
LLEGÓ POR OCHO KILOS. Sergio García, que participó en la sesión de estiramientos de la mañana de ayer junto a sus compañeros en La Manga, llegó al Real Betis en 2008 justo después de proclamarse campeón de la Eurocopa de Austria y Suiza con la selección española. Lopera pagó ocho millones, más dos por incentivos, al Zaragoza por el traspaso de un jugador que se ha devaluado tras su campaña en Segunda división. Y es que Sergio, que llegó con la vitola de estrella, ha alternado buenas y malas actuaciones en el club heliopolitano y no ha podido contribuir ni a la permanencia ni al ascenso. En su primera temporada jugó 29 partidos y anotó 9 tantos, mientras que en la segunda fue el máximo goleador del equipo con 13 goles en 34 partidos.
El futbolista, si se confirma una operación que está ya encarrilada, tendrá la oportunidad de romper con el RCD Espanyol el maleficio que le persigue, pues ha descendido con los tres equipos con los que ha jugado en Primera: Levante UD, Real Zaragoza y el propio Betis.
Por su parte, la primera plantilla verdiblanca se quedaría sólo con dos delanteros natos en la nómina: Rubén Castro y Jorge Molina, por lo que, según se desprende de las últimas declaraciones tanto de Luis Oliver como de Pepe Mel, los gestores verdiblancos tendrán ahora el cometido urgente de buscar más jugadores de vanguardia para la próxima temporada.
