Más de medio centenar de árboles del Prado, donde se está levantando la biblioteca de la Hispalense, serán trasplantados en el parque del Guadaíra, frente a las Tres Mil. Los ejemplares que iban a ir a Ingenieros (la Cartuja), serán los que se trasplanten en el parque que construyen la Confederación y el Ayuntamiento.
Éste último ha sido el que ha hecho la petición a la Universidad, según confirmaron ayer a este periódico fuentes del Vicerrectorado de Infraestructuras, responsable de las obras de la biblioteca diseñada por la arquitecta Zaha Hadid. Los árboles que se llevarán desde el Prado al parque del Guadaíra -frente a las Tres Mil Viviendas- serán los que la Universidad tenía previsto trasplantar en el campus de Cartuja, junto a la Escuela Superior de Ingenieros. Finalmente, por "motivos técnicos" -el suelo de Cartuja está repleto de cables e instalaciones eléctricas-, la Hispalense ha decidido cambiar de ubicación una parte de los más de 200 ejemplares afectados por las obras de la biblioteca.
Por otro lado, los trabajos de trasplantado de árboles continúan. Estos fueron ayer evaluados por la mesa técnica creada a tal efecto en la Universidad. Al término de la reunión fuentes de la Hispalense informaron de que, hasta el momento, se han trasplantado el 52% de los ejemplares afectados por las obras. Los campus a los que más árboles se han llevado hasta el momento son el de Bermejales (a las instalaciones deportivas del SADU, concretamente) y a Odontología (en la imagen).
Pese a las cautelas que se han tomado desde la Universidad de Sevilla -cuya licencia de obra se concedió vinculada a un proyecto medioambiental, cuyo pilar fundamental son los trasplantes-, entidades vecinales de todo signo se ha posicionado en contra de la construcción de la biblioteca en el Prado y se han sumado a la petición del Partido Popular de que el edificio se levante en otro lugar con menos impacto ambiental, caso de Los Gordales (en el campo de la Feria).
Por último, a la polémica por los árboles se le ha unido en los últimos días la relacionada con la falta de cautelas arqueológicas que denuncian los profesionales. La Junta ha decidido en este sentido revisar los trabajos para garantizar que en el movimiento de tierras no se destruyen restos de valor histórico o artístico.