El dirigente opositor guineano Severo Moto salió ayer de la prisión de Navalcarnero sobre las 13.30 horas, después de que se hiciera efectiva la fianza de 10.000 euros que le impuso el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz. A las puertas de la cárcel, Moto, acompañado por su abogado, Francisco Fernández, dijo escuetamente que su mayor deseo ahora era ver a sus hijos y nietos.
Precisamente su hija mayor, Esther, y unos amigos le esperaban a las puertas de la prisión, y con ellos se trasladó a Fuensalida (Toledo), localidad donde se encuentra su familia.
El abogado de Moto explicó a Efe que la fianza que le impuso la Audiencia Nacional por un presunto delito de tráfico de armas de guerra con destino a Guinea se abonó el pasado jueves, pero al realizarse por transferencia no podía hacerse efectiva hasta un día después y, como el viernes fue fiesta, hasta ayer no se pudo materializar.
El dinero de la fianza, según el letrado, se ha reunido a través de amigos, con absoluta discreción.