Fátima, Victoria y René, en uno de los puntos de encuentro con más sabor.
Dicen que Quem não viu Lisboa não viu coisa boa, pero también que Quien no ha visto Sevilla no ha visto maravilla. España-Portugal, Sevilla-Lisboa. Dos países, dos ciudades con carisma. Y, en ellas, dos clubes que hace más de un siglo arraigaron un sentimiento que la próxima semana trasladarán a Turín, sede de la final de la Europa League. Allí se darán cita miles de aficionados tanto del Sevilla Fútbol Club como del Sport Lisboa e Benfica, más conocido como Benfica, demostrando que el fútbol es un deporte y, por encima de todo, una pasión. Mientras llega el día del partido, toca esperar. Una espera que se hace larga pero que se vive con alegría e ilusión.
Ocho mil ciudadanos portugueses residen actualmente en Andalucía. Muchos de ellos viven en la capital hispalense, donde el partido entre el Sevilla y el Benfica se ha convertido en todo un acontecimiento. Guste más o menos el fútbol, nadie escapa al influjo de este esperado duelo deportivo entre hermanos, vecinos o primos, según considere cada uno.
Jorge Monteiro, cónsul-general.
"Ambos países compartimos muchos valores, aficiones... Es el caso, por ejemplo, del fútbol, de los caballos... Tenemos una cultura que comparte muchas cosas. También características propias, claro. Todo esto lo que hace es generar un potencial grande. Juntos añadimos, sumamos. Y siempre con un entendimiento fácil. El fútbol sigue siendo un espectáculo universal que une a personas de cualquier procedencia. Esta final ibérica, como así podríamos denominarla, genera una gran ilusión y, además, una importante movilización de aficionados. Se enfrentan dos equipos que han hecho grandes temporadas y para ellos es un premio merecido", sostiene Jorge Monteiro, cónsul-general de Portugal en Sevilla.
La capital hispalense cuenta con varios puntos de encuentro entre ciudadanos portugueses, aunque en realidad acogen a toda aquella persona que desee disfrutar de un rato agradable. Uno de ellos es Dourado, el restaurante de Fátima y René. Allí, en la Avenida de los Descubrimientos de Mairena del Aljarafe, han convertido su local en un acogedor rincón donde se respira Portugal por los cuatro costados.
"Llegué hace once años para estudiar, pero como me gusta tanto la hostelería, la cocina, me dediqué a ella. Este restaurante lo abrimos en noviembre de 2012 y aquí se dan cita tanto portugueses como personas de cualquier otro sitio", cuenta Fátima, natural de Vila do Conde, del Distrito de Oporto.
Hablar del partido de Turín es verla sonreír. "¡Estoy así, así, eh! Tengo una lucha interna porque yo soy adepta del Oporto y en Portugal Oporto y Benfica son como Real Madrid y Barcelona. Tengo amigos sevillistas y benfiquistas, así que...", dice mientras sirve moelas (mollejas) y otras delicias entre famosos y exquisitos vinos de su país.
René, su compañero y mucho más que eso, opina que "la afición española y la portuguesa son muy parecidas". "Ambas viven el fútbol con mucho sentimiento, con mucha pasión. Cuando nos reunimos aquí amigos españoles y portugueses, hablamos muchas veces sobre el partido entre el Sevilla y el Benfica. Y lo veremos por televisión".
MUCHO EN COMÚN. Tiempo atrás, Andalucía llegó a contar con unos catorce mil ciudadanos portugueses residentes; en la actualidad, el número es de ocho mil, según Jorge Monteiro, cónsul-general en Sevilla. "Tenemos muchas cosas en común y antes había más portugueses, pero la crisis ha hecho que el número se haya reducido", explica este "buen aficionado al fútbol" que verá el partido "con amigos, algunos de ellos sevillistas". "Yo personalmente no soy adepto del Benfica, pero me gusta mucho el fútbol. Soy un gran aficionado. De hecho, voy a ver muchos partidos del Sevilla, del Betis... En este caso, al ser el Benfica un equipo portugués, voy con él", confiesa.
Hasta que llegue el miércoles y el balón eche a rodar, las miradas desde un país a otro, desde Lisboa a Sevilla y viceversa no cesarán. Dos países, dos ciudades, dos aficiones dispuestos a disfrutar de un espectáculo deportivo de máximo nivel que reunirá en Turín a miles de personas. El esfuerzo que supone costear el viaje y la entrada para poder estar en el Juventus Stadium arropando a su equipo es grande, perola ilusión puede con todo. Allí, frente a frente, sevillistas y benfiquistas tendrán que seguir demostrando que por encima de cualquier rivalidad deportiva está esa relación de fraternidad que, día a día, se palpa en tantos y tantos rincones.
