PEPO HERRERA
No hay recetas mágicas que resuelvan males endémicos o situaciones de debilidad arrastradas, como la que ha derivado tras estos años de crisis en el desmantelamiento y deslocalización de la industria, en sus múltiples vertientes, en la provincia de Sevilla. Pero tampoco sirve sentarse y esperar a que la tormenta escampe, sobre todo, a la vista de los resultados del pacto por la industria sindicatos, patronal y partidos políticos sellado en 2013 tras la marcha de Roca, Danone o Saimaza, simplemente inexistentes.
Por ello, desde CCOO Sevilla se valoró como un éxito el primer paso dado ayer al «concitar a todas las instituciones» implicadas para aportar propuestas concretas y tratar de sentar las bases con las que reforzar las industrias que funcionan y marchan bien, como es el caso de la aeronáutica y la automoción, y reactivar otras que han languidecido hasta extinguirse como la industria naval, sin dejar de aprovechar el tirón de nuevas oportunidades industriales como la minería y la ingeniería, y alentar en lugar de demonizar actividades como las estrechamente ligadas a la construcción léase cemento, tejas, azulejo, siderurgia..., con la finalidad de aprovechar las potencialidades y fortalecer las debilidades antes de que sea más tarde.
Es la idea con la que CCOO Sevilla convocó ayer al alcalde de Sevilla y los de varios municipios como La Rinconada o Arahal, el presidente de la CES, la subdelegada del Gobierno, el delegado del Gobierno de la Junta, y los portavoces de PP, PSOE, IU y PA, que mostraron su intención de remar en una misma dirección, explicó su secretario general, Alfonso Vidán.
De esta manera, y a través de varias mesas sectoriales, se pusieron sobre el tapete cuestiones concretas para cada parcela industrial. El sindicato recopilará, además, durante los próximos diez días las aportaciones que se quieran realizar con la idea de agruparlas junto a las conclusiones de la jornada en un documento que pretenden tener elaborado para después del verano.
Veamos algunos de los planteamientos lanzados desde CCOO. Juan Antonio Caravaca, responsable de la rama minerometalúrgica, puso el acento en la «infrautilización» del Puerto, no solo por las capacidades logísticas y de transporte que pierde debido a la ausencia de dragado, sino por las instalaciones del antiguo astillero. Por ello, apostó por poner en valor las adjudicaciones de la Autoridad Portuaria cuya presidenta estaba allí para que en ellas puedan desarrollarse actividades de fabricación y montaje de grandes estructuras metálicas. Lo primordial sería «recuperar la actividad de reparación y construcción naval». La automoción también forma parte de su negociado. Renault y su planta de cajas de cambios de San Jerónimo es de las industrias que se han comportado de forma más estable, por lo que en este caso Caravaca reclamó el desarrollo de un sector auxiliar al calor de multinacionales como la del rombo, una oportunidad que en su opinión habría que aprovechar para que redundara en su zona de influencia.
Si hay otra industria que crece en ventas y empleo al margen de la crisis es la aeronáutica. La advertencia aquí llega para consolidar la carga de trabajo subcontratada y evitar el «riesgo» de que pueda acabar en otros lugares lejos de la provincia, reseñó.
En el ámbito de la minería, con la reapertura de Aznalcóllar, el acento se puso sobre la necesidad de que la transformación se quede en la zona y contribuya a su crecimiento, generando además nuevo empleo y de mayor valor añadido. Ya en materia de defensa excluyendo los aviones militares pidió una estrategia clara a la que se dé cumplimiento. Mención específica, además, para el problema de competitividad que generan los altos costes energéticos para empresas como las siderúrgicas y químicas.
CONSTRUCCIÓN Y AGRO. Pero industrias hay muchas y la agroalimentaria es una de las referentes para la provincia a pesar de que falta dar el salto más importante. En el campo no hay mentalidad de empresario, sino «de agricultor», lo que se traduce en que asumen la producción pero se deja que sea un tercero el que la compre y la venda con otro sello que no es el de aquí. «El 75 por ciento de la naranja que sale fuera de España lleva el sello de Comunidad Valenciana, de ellas el 60 por ciento son de Sevilla», se quejó la responsable de Agroindustria, Mónica Vega.
Juan Martínez, de construcción, enfatizó el efecto multiplicador que supone esta actividad y pidió la «complicidad» de la iniciativa privada ante los raquíticos presupuestos públicos. Consideró que el decreto de construcción sostenible de la Junta se queda corto y que hay margen en el campo de la rehabilitación.
