Los premiados posan junto a las autoridades en la ceremonia de entrega de galardones celebrada ayer en el SalónColón delAyuntamiento. / Pepo Herrera
Cuando en una ceremonia de entrega de galardones literarios, una de las escritoras reconocidas se ve en la obligación de reivindicar la «novela literaria» como un género al que proteger, frente a otro tipo de productos que se publican bajo la denominación de novela, queda en evidencia la situación por la que atraviesa el mercado de las letras en nuestro país.La sevillana Eva Díaz Pérez, que recogía ayer el Premio Andalucía de la Crítica de Novela, de la Asociación Andaluza de Escritores y Críticos Literarios, quiso llamar la atención sobre el «mercantilismo» que parece inundar a las editoriales, reclamando una «literatura digna», en estos tiempos donde «la cultura permanece olvidada por muchos».
La autora de Adriático, la novela premiada, recordó que este título se enmarca dentro de su empeño por describir y explicar el Viejo Continente a través de la historia de sus ciudades. «Algunos sevillanos intentamos competir en Europa aunque sea de una forma más discreta que con un balón», añadió la periodista en referencia a la reciente victoria del equipo de Nervión en la UEFA League. Toda una declaración de principios frente a los políticos que presidían el acto celebrado en el SalónColón del Ayuntamiento: el director general del Libro de la Junta,David Luque, y el alcalde,JuanIgnacio Zoido, que recogió el guante para reivindicar que «Sevilla también debe conquistar Europa a través de las letras, y no solo con la pelotita, como dice Eva».
Esta es la XX edición de estos galardones, que además de la obra de Eva Díaz Pérez, también reconocieron los trabajos de los granadinos Mari Luz Escribano y Ángel Olgoso en las categoría de poesía y relatos, respectivamente.
El poemario Umbrales de otoño de Escribano está escrito, según el fallo del jurado, «desde la originalidad de una voz neorromántica y personalísima, cuyo verso es hijo de la mejor tradición literaria, con carácter rompedor e independiente». La autora se mostró ayer «enormemente emocionada» de este reconocimiento a su «modesta poesía». «Este premio es un empujón fuerte en mi lenta carrera, abundante pero en absoluta reconocida en mi ciudad», indica, tras asegurar que su corazón está con Sevilla y Málaga, según recoge la agencia Europa Press.
El galardón a Eva Díaz Pérez, según el jurado, le llega por su «estilo recio, elegante y sorpresivo que evoca a la Sonata de otoño de Valle-Inclán o a García Márquez a lo largo de una intensa trama de reconstrucción histórica, con profuso material, que recrea la memoria de Venecia».
Olgoso recogió el premio por Las frutas de la Luna, por su «vibrante capacidad expresiva, la fértil escritura que lleva a la fascinación, su agudeza en la narración y la cuidada elaboración de los discursos».
El granadino agradeció el reconocimiento que aporta «visibilidad a un libro y un autor invisible» y puso en valor esa atención de estos premios con autores «lejos de los que se venden a granel». Así, apostó por continuar creando obras que «no dejen al lector indiferente», apuntando a Las frutas de la Luna como «un viaje íntimo al centro de la humanidad y un viaje sideral al fondo de cada uno».
