La Jueza titular del juzgado de lo Contencioso-Administrativo 4 de Sevilla, Josefa Nieto, ha impuesto el sentido común que comenzaba a escasear en el debate sobre la construcción de una mezquita en el barrio de Los Bermejales. La magistrada ha dictado una sentencia que da la razón al Ayuntamiento y a la comunidad islámica en España, que acordaron la cesión de un solar de 6.000 metros cuadrados en el barrio para edificar una mezquita, frente al bloqueo del proyecto por parte de la asociación de vecinos Bermejales 2000.
Sus dirigentes vecinales lograron la paralización cautelar de las obras mediante un recurso judicial basado en que el suelo debía destinarse a otros equipamientos públicos de los que carece la zona. La jueza ha desmontado sus argumentos estimando que la comunidad islámica es una entidad privada con fines de interés público y que, por tanto, es viable la cesión de la parcela del patrimonio municipal de suelo, al igual que ocurrió con la cesión a la Iglesia católica de un solar cercano. El recurso que presentarán los vecinos al TSJA puede demorar el litigio dos años más, tiempo más que suficiente para que el ayuntamiento revise su decisión -comunicada en plena campaña electoral- de archivar el expediente.
El respaldo judicial a la mezquita debería hacer reflexionar al alcalde, que ha optado por la tibieza en este asunto, actitud con la que no ha conseguido ni la adhesión de los vecinos -que han seguido con su guerra particular- ni la de la comunidad islámica a la que la ciudad ha dado la espalda a pesar de que ningún grupo municipal rechazó el proyecto -sólo el PP se abstuvo-. Los musulmanes tienen todos sus papeles en regla y el contundente respaldo a la libertad religiosa que ampara la Constitución. El consistorio debe aclarar de una vez su postura y consensuar con la comunidad islámica un nuevo modelo de mezquita en Sevilla. Es un acto de justicia.
