Cultura

Sevilla desempolva la colección del Conde de Aguiar

"Un enamorado del costumbrismo". Así califica el conservador del museo de Bellas Artes Ignacio Cano a Andrés Parladé, conde de Aguiar, cuya obra pictórica ha reunido en una exposición que exhibe también en el Museo de Artes y Costumbres Populares algunos de los más valiosos objetos de sus extensas colecciones y que ha titulado Aguiar. Otro Costumbrismo.

el 15 sep 2009 / 18:22 h.

"Un enamorado del costumbrismo". Así califica el conservador del museo de Bellas Artes Ignacio Cano a Andrés Parladé, conde de Aguiar, cuya obra pictórica ha reunido en una exposición que exhibe también en el Museo de Artes y Costumbres Populares algunos de los más valiosos objetos de sus extensas colecciones y que ha titulado Aguiar. Otro Costumbrismo.

Este Museo cuenta entre sus depósitos estatales con 31 pinturas de Andrés Parladé. Además, entre los fondos del centro se encuentra la mayor parte de la donación que la familia del pintor realizó al Estado, concretamente al Museo de Bellas Artes de Sevilla, en 1945 y que consiste en una diversa colección de objetos reunidos por el conde de Aguiar, que van desde las armas blancas y de fuego hasta la cerámica de Alcora o Talavera, pasando por complementos de la indumentaria.

La muestra se compone, pues, de 38 pinturas y 55 objetos de cerámica, indumentaria y armas que forman parte de la donación Aguiar. Los fondos están depositados en el propio museo, salvo cinco cuadros que provienen del Museo de Bellas Artes de Sevilla y otros cinco que provienen de un familiar del pintor. La temática de la exposición se fija en cuatro secciones en torno al pintor, el toreo, el campo y los personajes.

"La pintura costumbrista andaluza del siglo XIX y de la primera mitad del XX, contribuyó a crear la imagen de los andaluces que ha llegado hasta nosotros. Alimentada con un tipismo colorista en el que hasta los bandoleros eran buenos, la imagen tuvo tal éxito en el exterior que durante la segunda mitad del XIX, algunos pintores cultivaron este género casi en serie. Los pequeños formatos, sobre todo, eran consumidos con avidez por los extranjeros", explica el comisario Ignacio Cano. Alejado de la tendencia folclórica de sus contemporáneos, el conde de Aguiar dirigió su paleta hacia el corazón de la cultura andaluza, pintando escenas del mundo agrario, la tauromaquia, las monterías y el campo.

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