Cultura

Sevilla, esa Babilonia de Occidente

Sevilla, 1650. El barrio del Arenal es un espectáculo con el telón siempre levantado. "Madre de huérfanos y capa de pecadores", que diría Mateo Alemán en su Guzmán de Alfarache, donde imperan los intereses y las pasiones y cunden fragilidades, delitos y picardías. Sobre este escenario sobre el que se gestó el carácter sevillano se desarrolló ayer la primera jornada del Simposio Internacional Visiones de la Sevilla de Velázquez.

el 16 sep 2009 / 02:19 h.

Sevilla, 1650. El barrio del Arenal es un espectáculo con el telón siempre levantado. "Madre de huérfanos y capa de pecadores", que diría Mateo Alemán en su Guzmán de Alfarache, donde imperan los intereses y las pasiones y cunden fragilidades, delitos y picardías. Sobre este escenario sobre el que se gestó el carácter sevillano -espacio gozoso para ver y ser visto- se desarrolló ayer la primera jornada del Simposio Internacional Visiones de la Sevilla de Velázquez. Pasado, presente y futuro, que reúne hasta hoy en la Fundación Focus a especialistas en diversos ámbitos -histórico, urbano, artístico, social...- del Siglo de Oro.

La excusa para esta completa disección de la sociedad sevillana en el XVII -"aquélla que pasó a la leyenda y que sigue alimentando a la ciudad de hoy" -según dijo ayer el profesor Ramón María Serrera-, es el cuadro Vista de Sevilla, anónimo del XVII a través del que Focus pretende contextualizar la sociedad en la que vino al mundo Velázquez.

El primero en tomar la palabra fue el profesor Francisco Márquez Villanueva, catedrático de Literatura en la Universidad de Harvard, que analizó el paisaje y paisanaje del barrio del Arenal -protagonista del lienzo- a través de la comedia de Lope de Vega titulada, precisamente, El arenal de Sevilla. Tomando como punto de partida la inspiración directa del teatro de Lope en la realidad, Villanueva aseguró que esta pieza sería "el documental de este dramaturgo sobre este barrio de Sevilla".

Y así lo prueba su desfile de personajes secundarios: "Por ese Arenal aparece una mulata, que viene caminando, muy cansada, desde la calle de la Feria; galeotes turcos que chapurrean un pobre español, el cuerpo de guardia de las galeras y un aguador que vende agua con anís". Es, según el profesor, "el retrato de Sevilla como una Babilonia", la gran metrópoli de Europa que fue en el Siglo de Oro.

"Hay ladrones perseguidos por alguaciles, todo tipo de delitos y pícaros, pero su acento no es siniestro, sino lúdico. Digamos que la sangre del Arenal no llega nunca al río", explicó Márquez Villanueva sobre el retrato de Lope. Todos estos personajes, detallados en el cuadro que presidió durante toda la tarde el desarrollo del simposio, se mezclaron con Cervantes y Lope, Martínez Montañés y Juan de Mesa, Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, que pasaron todos por este escenario "donde todo es efímero, pasajero, como el zarpar de sus naves", finalizó el catedrático.

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