El Sevilla FC, después del FC Barcelona, es el equipo de Primera que mayor inversión neta ha realizado en fichajes este verano, pues ha invertido cerca de 13 millones de euros en Kongdobia (3), Diego López (3,5), Botía (3), Cicinho (2) y Javi Hervás (1,35) –aparte ha llegado Maduro, libre, y el joven Rabello, en principio para el filial– sin recibir un solo euro por traspasos, aunque mediada la pasada temporada sí realizó una jugosa operación con la marcha de Martín Cáceres a la Juve, que dejó en caja 8 millones de euros.
Sólo el FC Barcelona, con los 33 millones gastados en Song (19) y Jordi Alba (14) ha realizado una inversión neta mayor, pues el Madrid hizo caja con Granero (8), Canales (7,5), Sahin (5), Lass (5), Altintop (3,5) y Gago (3,5) antes de reinvertirlo casi todo en Modric (30), el Atlético apenas se ha movido este verano y el Valencia ingresó (30) más que gastó (22,3) con las ventas de Jordi Alba (14), Pablo Hernández (7), Topal (4.5), Aduriz (2,5) y Moyá (2).
El esfuerzo realizado por el club, que tras los dos reveses europeos –Braga, Hannover– de las últimas temporadas ha visto disminuir su presupuesto hasta un 56% (de los 107 millones de la 2010/11 a los 60, aproximadamente, que manejará en la actual) no ha calado de momento entre la exigente hinchada –no hay más que ver los resultados de la encuesta activa en elcorreoweb–, que aguarda con escepticismo el desarrollo de los acontecimientos para mostrar su conformidad o no con el nuevo proyecto.
Particularmente, pienso que el Sevilla cuenta con una plantilla más sólida y compensada que la campaña anterior, y que las ausencias de Kanouté, Escudé, Varas, Guarante o Acosta no tienen por qué acusarse, pues el malí ya andaba de capa caída y la baja del francés está bien cubierta con Botía. Con Cicinho se gana en el lateral y Diego López es un portero de garantías. El gol depende en exceso de Negredo y está por ver es si esa mejoría en el plantel le da a Michel para confeccionar un equipo que pelee con garantías por volver a Europa después de la tremenda decepción que supuso no hacerlo el pasado curso tras 8 años sin faltar.
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