La selección española volverá a sentrir el calor de Sevilla (Fuente: EFE)
Información de Javier D. Pecellín y Alberto Cabello Veni, vidi, vici. Llegó, vio y venció. Más o menos es lo que va ejecutar la selección española de basket en su paso por Sevilla, después de reunirse ayer para comer en un hotel de la capital tras los dos días de descanso concedidos por el seleccionador Juan Antonio Orenga, entrenar por la tarde y disputar hoy el segundo amistoso de la gira preparatoria del Mundial ante Angola. Todo en poco más de 24 horas, dado que a la conclusión del choque se subirán a un autobús para poner rumbo a Granada, la siguiente parada.
Calor ambiental tendrá hoy en el viejo San Pablo este grupo de jugadores que quiere seguir agrandando su leyenda alcanzando una nueva final en el segundo Campeonato del Mundo que acoge España, en un torneo donde comenzaron, hace ocho años, un camino glorioso con aquel éxito, aquella exhibición, en Japón. Ocupan un lugar preferencial en la edad de oro del deporte español, con sus principales referentes, Pau Gasol y Juan Carlos Navarro, ya superada la treintena, pero con físico y ambición como para poder pelear en los próximos años por más objetivos, porque además es un equipo que ha ido incorporando jugadores de varias generaciones que aseguran una regeneración permanente sin traumas.
España juega por undécima vez en Sevilla. La primera fue un amistoso ante Cuba en mayo de 1987. La selección preparaba el Europeo de Atenas. Esa tarde Sibilio anotaba 17 puntos, 15 aportó Villacampa, 14 el carmonés Andrés Jíménez, estuvieron Epi, Montero, los Arcega, Romay...pero no Fernando Martín. Un equipo que tres años atrás había conquistado una histórica plata olímpica en Los Ángeles y que acabaría cuarta tras perder en semis contra Rusia y en el partido por el bronce con Yugoslavia.
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