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Sevilla nació en el Patio de Banderas

Las excavaciones arqueológicas impulsadas por el Patronato del Real Alcázar en el Patio de Banderas para continuar las catas antaño han propiciado la identificación del más antiguo vestigio de ocupación humana de la ciudad hispalense.

el 16 sep 2009 / 05:05 h.

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Ramón Medina en Osuna.

Las excavaciones arqueológicas impulsadas por el Patronato del Real Alcázar en el Patio de Banderas para continuar las catas antaño realizadas por Manuel Bendala Galán y Miguel Angel Tabales han propiciado la identificación del más antiguo vestigio de ocupación humana de la ciudad hispalense, un fondo de cabaña con restos de lo que pudiera ser una cocina utilizada durante la primera mitad del siglo VIII antes de Cristo, en el ocaso de la Edad del Bronce.

 

El alcaide de los Reales Alcázares, Antonio Rodríguez Galindo, el conservador del monumento palaciego, Antonio Balón, y el arqueólogo director del conjunto, Miguel Angel Tabales, comparecieron hoy ante los medios de comunicación para dar cuenta de las excavaciones arqueológicas iniciadas el pasado 16 de febrero con la apertura de un primer sondeo en el sector septentrional del área de albero del Patio de Banderas, donde ya en 1976 el arqueólogo Manuel Bendala Galán había descubierto unos restos arquitectónicos de época medieval atribuidos a una basílica paleocristiana.

 

A dos meses del fin de las excavaciones, el equipo de arqueólogos ha sacado a la superficie toda una secuencia estratigráfica que prueba la "ocupación" del enclave del Patio de Banderas desde el siglo VIII antes de Cristo, de cuyo periodo se ha rescatado un "fondo de cabaña" con vestigios de un horno o una cocina como más antigua huella de la presencia humana en la ciudad, hasta el siglo XI ya con el dominio musulmán en pleno apogeo y la creación de un arrabal.

 

EDIFICIO ALTO IMPERIAL

 

Mientras estas primigenias huellas de ocupación humana han sido localizadas a cinco metros de profundidad, posterior a esta fase este equipo de arqueólogos ha localizado muros correspondientes a un antiguo edificio de la Hispalis romana. Se trataría de un edificio "de gran potencia" dada la envergadura de sus sillares y cuyos alzados se levantarían hasta los tres metros, para lo cual sus arquitectos usaron la técnica del 'Opus Africanus' según queda refleado en los vestigios.

 

Este edificio, según Miguel Angel Tabales, podría haber estado relacionado con el puerto fluvial de la antigua Hispalis, siendo reestructurado en siglo I después de Cristo o quizá en la centuria siguiente a base de muros de ladrillos elevados a partir de una parte de la construcción original. Ya en el siglo IV después de Cristo, el citado edificio romano fue demolido para levantar un nuevo complejo cuyos vestigios han rescatado estas nuevas excavaciones y que, según Tabales, podría estar relacionado con el baptisterio paleocristiano descubierto a comienzo de los años 70 por el arqueólogo Manuel Bendala Galán.

 

SAQUEO DE LOS VANDALOS Y HUELLA PALEOCRISTIANA

 

Tal edificio, no obstante, habría sido destruido a principios del siglo V, quizá durante el saqueo de la ciudad a manos de los vándalos, época a la que pertenecería un "pequeño tesoro" de 30 monedas y un crismón atribuido al obispo Marciano, prelado de Sevilla en aquella época según recordaba Antonio Rodríguez Galindo. Con posterioridad, sobre las ruinas de este edificio se construyó un nuevo complejo, quizá visigótico, que habría gozado de contrafuertes, estribos e incluso bóveda y que incluso podría corresponder a la iglesia de San Vicente, uno de los primeros templos paleocristianos de Sevilla según las fuentes documentales.

 

Dado el caso, Rodríguez Galindo, Balón y Tabales se remitieron al fin de las excavaciones, fijado para el mes de septiembre, al objeto de resolver si prolongar los trabajos de investigación, porque el resultado de la campaña es "de suma importancia" al haber localizado "la probable génesis de la ciudad" en este patio cuya actual configuración corresponde a la reurbanización de 1929.

 

Sobre la posibilidad de proteger los restos a través de una cripta arqueológica con capacidad para recibir visitas, extremo que incluso contempla el avance del Plan Especial de Protección promovido por el Patronato del Real Alcázar para el monumento y sus aledaños, Rodríguez Galindo reconoció que es algo que "va tomando cuerpo" a tenor de los descubrimientos de estas excavaciones, aunque insistió en que cualquier intervención llevará implícita la conservación "intacta" de la fisonomía de la plaza.

 

El propio Miguel Angel Tabales, además, se mostró proclive a la instalación de una cripta, que inicialmente sólo albergaría visitas reservadas dada la angostura del enclave, porque los restos rescatados de la tierra "merecen la pena".

 

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