P. García (Efe)
Una salida de vía de un turismo en la autovía A-4 a la altura del término municipal de Carmona, el pasado martes fue la última víctima mortal en un año, el de 2014, que fue aciago para unas carreteras sevillanas, que arrojaron un balance provisional que contrasta con un resultado, en el conjunto del territorio, que se mantiene en mínimos históricos. Y es que las provincia y, en concreto, sus carreteras interurbanas, regresan a los trágicos números de hace dos años: 33 accidentes mortales que han supuesto 37 fallecidos, es decir, tres más que el año anterior.
Eso supone, a primera vista, un estancamiento en esa buena evolución experimentada, en términos de siniestralidad, en las carreteras sevillanas. Pero no deja de ser, tirando de archivo, el segundo registro anual más bajo de víctimas mortales de la historia, igualado, obviamente, con el balance de Seguridad Vial de la Dirección General de Tráfico (DGT) del año 2012. Sí corta, en cambio, cuatro años de descensos continuados y, en ocasiones, drástico, como el de ese año 2012 cuando se paso de 67 a 37 víctimas mortales. Pero tales cifras sólo se valoran si se recuerda cómo, hace sólo una década, se contabilizaron 142 muertes, es decir, cuatro veces más que los avanzados ayer, de manera provisional, por la DGT. Y, en 1993, el balance era más aterrador, con 171 fallecidos.
Volviendo a los resultados de la DGT de este año, el leve repunte experimentado en 2014 mantiene a la provincia sevillana dentro de las diez con mayor siniestralidad en sus tramos interurbanos. En concreto, se sitúa en el octavo lugar en número de fallecidos, en una trágica clasificación que encabezan Barcelona y Madrid, con 60 y 59 víctimas. Tras ellos se sitúan A Coruña (44), Murcia (43), Valencia (43), Alicante (43) y Granada (42).
En todo caso, desde Tráfico se barruntaba ese repunte en un año en el que se produjo más de un siniestro de cierta gravedad. El más trágico de 2014 se produjo en pleno verano. El 18 de agosto fallecían cuatro personas en la Autovía de la Plata (A-66) tras una colisión en la que se vieron implicados tres vehículos a la altura del término municipal de El Ronquillo. El accidente, que obligó al corte total de la autovía en dirección Mérida, se originó cuando uno de los vehículos invadió, por sorpresa, el sentido contrario de la circulación e impacto con otro turismo. El balance mortal, con cuatro fallecidos, era el peor que se registraban en las carreteras sevillanas desde mayo de 2011, cuando cuatro personas perdieron la vida en otra colisión frontal en la carretera A-8002, que une Alcalá del Río y Burguillos.
