Sevilla ha registrado el mes de mayo más frío de los últimos 28 años. El histórico de la Agencia Estatal de Meteorología constata que desde 1980 el mercurio no bajaba tanto. El ciclo primaveral ha sido como reza el refrán: cuando marzo mayea, mayo marcea.
No eran exageraciones. Una cosa es que los sevillanos sean frioleros por falta de costumbre y otra que no fuese real la caída en picado de las temperaturas que la ciudad sufrió el mes pasado. Según los datos aportados por la oficina central de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Madrid, la temperatura media de este atípico mayo recién pasado ha sido de 15,2 grados, es decir, 4,5 por debajo de los 19,7 grados que, como media, registran las estaciones de control de Tablada o San Pablo desde 1951, año en que comienzan las series históricas archivadas por los meteorólogos.
Como media, la capital ha sufrido en mayo temperaturas que estaban entre los cuatro y los siete grados por debajo de los parámetros habituales de la ciudad. Incluso, ha habido media docena de días en los que se ha oscilado entre los ocho y los nueve grados de mínima, que es el umbral más bajo alcanzado en Sevilla en la historia. El frío se ha notado especialmente en los medidores de San Pablo.
Sin embargo, los expertos del Ministerio de Medio Ambiente puntualizan que, en ocasiones, la sensación térmica ha sido más baja de lo que realmente correspondía mirando al mercurio, y la culpa ha sido de la lluvia y el viento, que también han tenido una presencia "poco frecuente" en el mes central de la primavera, aunque por el momento no hay datos exactos de precipitaciones.
Tampoco ha ayudado el hecho, explican, de que Sevilla viniera de un mes de marzo "también atípico", con temperaturas muy elevadas. "Es como si la tendencia habitual de estos dos meses se hubiera trocado; tuvimos una primavera inesperada y luego ha tocado sufrir casi un final de invierno suave, a las puertas del verano", explican los expertos de la Agencia Estatal de Meteorología.
Mayo no sólo ha sido un ejemplo a estudiar por los días de frío registrados, sino por la prolongada ausencia de sol en una tierra en la que la luz es el mayor reclamo para los turistas. De los 31 días del mes, apenas en una decena de ellos se registraron cielos despejados, la mitad de lo habitual. De ahí, además, que la máxima registrada en dicho mes no haya pasado de 23,6, cuando la de los últimos 56 años recontados es casi tres grados superior (26,4 grados tanto en Tablada como en el aeropuerto).
En el caso de Sevilla, como en el del resto de España -donde las bajadas térmicas han sido generalizadas-, hay una razón sencilla para este mayo "irregular": las corrientes de aire frío del Norte que han recorrido Europa se han sumado a las nubes bajas, compactas, formando un manto que ha tapado de gris la ciudad.
