Fausto Arroyo, Antonio Muñoz, Juan Espadas y Manuel Fernández visitaron ayer las instalaciones del astillero. J. M. Espino (Atese)
La Autoridad Portuaria de Sevilla dio ayer carácter oficial a la solicitud presentada por la empresa Sevilla Shipyard, que le ha pedido una concesión administrativa para ocupar una parcela de 11.000 metros cuadrados, el dique seco del Puerto y un área de oficinas anexa, instalaciones que hasta finales de 2011 utilizaba el astillero de la ciudad, con la intención de reactivarlas como taller de reparación de barcos.
La maquinaria burocrática ha echado a andar con la publicación de esa solicitud en el Boletín Oficial del Estado (BOE), que da un plazo de un mes (20 días laborables) para que otras empresas que tengan interés en ocupar esos espacios para desarrollar una actividad similar presenten su petición en las oficinas de la Autoridad Portuaria.
El Puerto ha estudiado a conciencia la viabilidad técnica y la solvencia económica del proyecto, que surge para cubrir una demanda muy concreta, el mercado potencial para reparar buques de manera exprés procedentes del intenso tráfico marítimo que discurre por el Estrecho de Gibraltar y también por el río Guadalquivir. Solo en Sevilla contamos con unos 1.500 barcos al año, así que con que se reparen 30 o 40 de ellos, ya resulta un proyecto viable, aseguraron fuentes conocedoras de la iniciativa, que precisaron que la capital hispalense podría beneficiarse de una alta tasa de actividad que los puertos cercanos no pueden atender.
La intención de la empresa, que se constituyó en septiembre del año pasado con un capital social de 4.000 euros y en la que consta Luis Ramón de Celis Landa como administrador único de la sociedad, es iniciar la actividad de reparación el próximo otoño. Ello será posible si no concurren más empresas interesadas. El presidente de la Autoridad Portuaria, Manuel Fernández, confirmó que llevan más de un año hablando con numerosas empresas que han expresado su interés para instalarse en las 27 hectáreas que están disponibles, si bien aún no se ha materializado. Sí confía, no obstante, en que la implantación de Sevilla Shipyard sirva de aliciente y de foco de atracción para incentivar nuevos desembarcos.
Detrás de la sociedad Sevilla Shipyard, que prevé mantener una reunión con la patronal del metal Fedeme para dar a conocer su proyecto de primera mano, se hallan exdirectivos de Navantia, que cuentan con experiencia en esta actividad de reparación de barcos, puesto que ya la ejecutan en otros dos puertos españoles, concretamente en Santander y La Línea de la Concepción (Cádiz).
Actualmente el Puerto está en negociaciones con la empresa para establecer las garantías necesarias un aval que tendrá que desembolsar antes de iniciar su actividad y que suele ser un porcentaje vinculado a la inversión, así como los plazos de la concesión administrativa, los cánones a pagar, entre otras cuestiones, que tendrán que pasar previamente por el consejo de administración de la Autoridad Portuaria. Todos estos detalles tendrán que perfilarse cuando acabe el plazo de información pública.
Sobre las críticas de que Sevilla Shipyard haya nacido con 4.000 euros de capital social y sea de reciente constitución, varias fuentes replicaron que la formalización de una empresa es un acto simbólico y que es lógico que se parta de un capital mínimo, que cuando se consolide el proyecto y obtengan la concesión, se reforzará con una ampliación de capital.
El portavoz del Grupo municipal Socialista, Juan Espadas, acompañado del portavoz adjunto, Antonio Muñoz, visitó ayer las instalaciones del astillero junto al presidente de la Autoridad Portuaria, Manuel Fernández, y el director, Fausto Arroyo, para analizar la oferta de reflotamiento de la industria naval sevillana y se mostró, dentro de la prudencia, partidario de defender la que supone la primera oportunidad de reactivar el astillero y más en un momento de continuas malas noticias y pérdida de empleo en la ciudad. De esta manera, incidió en que no debe imperar el escepticismo y, siempre con la cautela necesaria hasta que el proyecto tome forma y se concrete, avaló el trabajo de estudio exhaustivo por parte del Puerto. El hecho de que se haya publicado en el BOE da tranquilidad al respecto. Además, explicó que se interesó por saber si esta actividad haría incompatible otros usos de las instalaciones de astilleros, a lo que el Puerto de Sevilla le respondió que no, lo que supone un mensaje de que la actividad naval puede relanzarse y animar a otras empresas a plantear una oferta para instalarse.
