Urbanismo cuenta con más de medio millón de imágenes escaneadas y 21.000 millones de puntos digitalizados de las calles de la capital hispalense, un inventario de pavimentos, espacios públicos y mobiliario urbano que constituye un mapa que permite ver toda la ciudad desde la pantalla del ordenador. El objetivo es ahorrar tiempo y dinero a la hora de hacer mediciones, ya que los técnicos pueden realizarlas sobre las imágenes panorámicas, sin desplazamientos. Cálculos de gálibos, anchos de calzada o de longitudes de bordillo se pueden conocer ya sin salir de la oficina.
Todo gracias a una tecnología ya usada en ciudades como Vitoria o San Sebastián y que ha supuesto un desembolso de 250.000 euros. En concreto, la bautizada como Geograma Mobile Mapping (GM2) realiza mediciones, inventarios y análisis del territorio gracias a un vehículo dotado con múltiples sensores de medición, como cámaras, escáneres y GPS. Escanea y almacena 40.000 puntos urbanos por segundo. Según informó la empresa alavesa Geograma, el proyecto comenzó en julio de 2011 y la primera fase se completó en enero del presente año. Actualmente se encuentran realizando la segunda fase de los trabajos que consiste en explotar la información, realizar el mantenimiento de este inventario y hacer planes de ahorro.
Las empresas Sando y Martín Casillas, adjudicatarias del mantenimiento de la vía urbana de Sevilla, han utilizado esta herramienta para crear el inventario de pavimentos, viarios y mobiliario urbano, mediante la captura de imágenes, según Geograma. El proyecto se puso en marcha con el fotografiado y escaneado de cada distrito, en las que Geograma recorrió ejes peatonales o zonas de acceso restringido, donde el vehículo podía acceder. Después, los técnicos municipales del área de Urbanismo han podido visualizar toda la información territorial como si estuviesen a pie de calle desde su ordenador.
Lo cierto es que el contrato con Sando, y posteriormente con Martín Casillas, para el mantenimiento de las calles de la ciudad fue polémico, ya que lo realizó el anterior Gobierno de PSOE e IU en mayo de 2011, días antes de que el PP ganase las elecciones por mayoría absoluta, y lo adjudicó por nada menos que 5,5 millones de euros, una cifra llamativa en plena crisis económica.
