Economía

Sevilla viste las casas coreanas de época

Reproducciones de muebles de todas las épocas y para todos los países del mundo. Con esta filosofía nació hace casi medio siglo la empresa Arteferro en Sevilla.

el 14 sep 2009 / 20:54 h.

Reproducciones de muebles de todas las épocas y para todos los países del mundo. Con esta filosofía nació hace casi medio siglo la empresa Arteferro en Sevilla. Ahora su principal mercado exterior está en Corea, donde se ha desatado la moda de recuperar el mueble afrancesado.

Mobiliario como el que decoraba las grandes mansiones de estilo versallesco, de madera de cerezo, con acabados artesanales, pintado a mano y envejecido para rememorar siglos pasados. Cada mueble elaborado por esta empresa sevillana necesita un proceso de creación largo, que llega a los 15 días e incluso al mes, en algunos casos.

Este tipo de producto más barroco, que en estos momentos no tiene mucha aceptación entre los jóvenes europeos, sí que gustan, y mucho, a los orientales. "La exportación es muy importante para la empresa y queremos que sea parte sustancial de la facturación, pero en los últimos años viene en decadencia", señala Francisco Lora, hijo de Antonio Lora, que a principios de 2006 decidió comprar la compañía fundada por el anticuario Adolf Erwin Springer, en la que comenzó a trabajar con sólo 12 años.

Durante su trayectoria, Arteferro -que ahora se denomina Lora e Hijos- ha llevado sus muebles a multitud de países como Estados Unidos, Austria o Alemania. Precisamente este último ha sido uno de los mercados más rentables en su historia, aunque ahora prácticamente se ha anulado por la intrusión de productos chinos y de países del Este, más baratos y de peor calidad.

De ahí que los esfuerzos de la empresa se estén centrando en los mercados orientales, donde este tipo de muebles está teniendo una gran acogida. "El mercado coreano es uno de los más importantes en los que estamos ahora a través de distribuidores", apunta Lora. Los productos más demandados son los rústicos con líneas clásicas y el mueble afrancesado "que tiene mucho tirón".

Este buen ritmo de los negocios en Corea ha hecho que la empresa se plantee abrir nuevos mercados en países de Oriente, como Japón. "Vamos a intentarlo ahí porque tiene un mercado que es el doble que el europeo, aunque en China no creo que entremos porque hay peligro de que se copie el producto", añade.

Otros de los mercados donde Lora e Hijos tiene fuerte presencia son Francia, Portugal y Rusia. En este último lo que triunfa es el mueble rústico policromado a mano y las pinturas planas. "La exportación ha llegado a copar un 40% de la facturación de la empresa, aunque ahora se sitúa en torno al 25%".

Según Lora, esta situación se debe a la crisis que padece el sector, por la competencia de países como China. "Hay un cierre constante de empresas en España que se debe a la pérdida de capacidad exportadora, lo que ha llevado a que todo el mundo se dispute la cuota nacional. Antes la tarta a repartir era mayor", reconoce. De hecho, el mercado nacional se ha quedado "parado", mientras que el de otros países "va hacia abajo, como Alemania".

En cualquier caso, esta empresa familiar -encabezada por Antonio Lora y con el futuro garantizado por sus cinco hijos- no se plantea fabricar sus muebles en países donde los costes serían más baratos. "Nuestra mentalidad no es la de crecer por crecer, sino hacerlo bien, porque en realidad somos un taller de artesanos muy grande", precisa.

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