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Sevilla vuelve al Centro por Navidad

La ambientación navideña colapsa el Casco Histórico con bares abarrotados, pese a las tiendas cerradas. Ahora parte del comercio pregunta si tanta «bulla» puede perjudicarle

el 07 dic 2014 / 22:56 h.

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ALUMBRADO_NAVIDEÑO_SALVADOR A estas alturas del puente de la Constitución ya tendrá usted claro eso de que Sevilla se ha consolidado como uno de los principales destinos navideños nacionales en el plano turístico, con una ocupación hotelera que ronda el 90 por ciento y unas calles del Centro que evocan más a una bulla de Jueves Santo o a la calle del Infierno que a un domingo previo a la Inmaculada. El secreto de este incontestable éxito de público, a tenor de la experiencia de los últimos años, parece ser una cuestión de vatios. Un buen alumbrado se ha revelado como la clave para atraer, cual enjambre de luciérnagas, a miles de sevillanos y foráneos, deseosos de pasear bajo las guirnaldas municipales, sin importarles que tiendas y comercios no abran hasta hoy. Este pequeño detalle no ha impedido que se abarroten bares, restaurantes, terrazas, belenes, puestos, mercadillos navideños y toda la amplia variedad de curiosas atracciones que jalonan estos días la ciudad, desde los camellos de la Alameda hasta los ponis de la Encarnación. Ante este panorama, hosteleros y hoteleros se frotan las manos previendo una de sus mejores navidades, un periodo que tradicionalmente no era considerado temporada alta en la capital hispalense. No en vano, en estos dos días la afluencia ha sido tal que el tranvía ha tenido que interrumpir su trayecto en el Archivo de Indias, ya que la Avenida de la Constitución estaba impracticable. Sin embargo, este aparente triunfo ha vuelto a poner sobre la mesa las debilidades que el Casco Histórico presenta principalmente en el apartado de movilidad. A eso de la una de la tarde, y hasta bien entrada la noche, los aparcamientos subterráneos del Centro y su entorno colgaron el cartel de completo, mientras que las plazas en superficie fueron ocupadas incluso con doble fila y sin respetar, en muchos casos, los vados. Y aunque la recomendación oficial del Ayuntamiento es optar por el transporte público, al sevillano sigue sin terminar de convencerle esta opción. El empeño por llegar en coche al corazón de la ciudad es patente y llegó a originar ayer atascos y colas a las puertas de los estacionamientos e incluso en el Puente del Cachorro, desde el Aljarafe. ALUMBRADO_NAVIDAD Por contra, los autobuses demostraron ser la mejor alternativa, pese a llenarse hasta la bandera, mientras que la única línea de Metro cumplió correctamente su función, a pesar de que lo más cerca del Centro que para el suburbano sea en la Puerta de Jerez. Y todo este aluvión solo para pasear por las calles, comer en los bares y tomar café en las terrazas, porque las tiendas no abrieron –lo harán hoy–. Muchos ayer se preguntaban por qué el comercio de la zona ha desperdiciado dos días de lleno total. La respuesta la daban las asociaciones que agrupan a este gremio. «Las grandes superficies son las locomotoras de las compras.Si ellas no abren, la gente no se anima, y el calendario de aperturas ya se acordó hace un año, estableciendo el 8 de diciembre como día para trabajar», señalan desde estas entidades, que recuerdan que la Junta de Andalucía solo permite abrir diez festivos al año a los comerciantes de más de 300 metros, siendo una reivindicación histórica de este colectivo que se amplíen estas fechas. Miles de turistas y sevillanos tomaron un año más las principales calles del casco antiguo. Foto: José Luis Montero Miles de turistas y sevillanos tomaron un año más las principales calles del casco antiguo. Foto: José Luis Montero En esta petición coinciden tanto la Confederación Provincial de Comercio, Servicios y Autónomos de Sevilla (Aprocom) como la Asociación de comerciantes del centro (Alcentro), que sin embargo discrepan a la hora de valorar los efectos que tan abultada concurrencia de público puede surtir en las ventas navideñas. Algo crítica es la visión de Tomás González, presidente de Aprocom: «Sé que me van a criticar por decir esto, pero a veces tanto público puede ser perjudicial para el comercio. Lo de estos días está siendo peor que una bulla de Semana Santa. La gente no puede moverse y si compra, y luego va con las bolsas y se encuentra el tranvía cortado o no puede llegar con el coche, puede acabar desistiendo. Mucho público no es igual a muchas ventas. Y aún no ha llegado el mapping, que suele generar aglomeraciones. Habría que analizar hasta qué punto puede resultar negativo. Yo mismo ayer tardé 45 minutos en ir caminando del Centro al Prado de tantísima gente que había». Dicho esto, añade que acepta la situación con resignación. «La ciudad debe poder disfrutar de su Centro, por supuesto, porque está muy bonito. Esto son modas y habrá que conformarse con vender más de lunes a viernes, porque los fines de semana el Centro puede acabar siendo intransitable, algo que quizá podría mejorarse si no hubiera tanto mercadillo», apunta. De forma muy diferente lo ve Enrique Arias, presidente de Alcentro, que aunque reconoce que «si hay muchísima gente se dificulta la movilidad», afirma que «la afluencia no puede ser mala», por lo que invita a los sevillanos a seguir acudiendo al Centro. Desde el Ayuntamiento también se muestran satisfechos con las estampas de lleno absoluto de las calles, por el impacto económico que entiende que tendrá sobre la ciudad y el empleo. Con esta visión chocan los sindicatos, que alertan de que empleo estacional que generan el comercio y la hostelería no es de calidad. Según señala Teresa García, responsable de Trabajo de CCOO, «pasa como en verano, se contrata por horas y para refuerzos, prácticamente por el salario mínimo (645 euros). Esto no sirve para salir de la crisis sino para acercarnos al modelo chino». Muchos bazares orientales, por cierto, sí que abrieron ayer.

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