Comprar una isla está al alcance de muy pocos. Pero a veces esos pocos se animan y se ponen al tajo. Es el caso de la cantante colombiana, que hace unos meses se asoció con el ex bajista de Pink Floyd, Roger Waters, para comprar un rincón en pleno océano Atlántico. Aunque no es un pedazo de tierra cualquiera, sino una isla deshabitada en las Bahamas con una dimensión ideal para construir un pequeño paraíso: cinco kilómetros de largo por 800 metros de ancho y una superficie de 830 hectáreas y cinco playas. El precio, sólo de compra, 12 millones de euros. La colombiana ha llamado a sus amigos Alejandro Sanz y Miguel Bosé para que entren en el proyecto de construir allí una escuela de artistas.
