Hace poco más de una semana, una juez le quitaba a Sharon Stone la custodia de su hijo Roan para entregársela por completo a su padre. Pero sólo ayer el Tribunal Supremo de San Francisco donde se tomó la decisión legal hizo pública la resolución, que describe a la actriz, de 50 años, como una madre negligente y neurótica, que "reacciona de forma desmesurada frente a muchos temas médicos" y no reúne los requisitos para ejercer de tutora de su hijo de ocho años.
A partir del momento en que el documento salió a la luz, los medios de comunicación estadounidenses se lo devoraron y hoy publican detalles tan estrambóticos como la vez que la Stone sugirió curar el mal olor de los pies de Roan suministrando inyecciones de botox en las extremidades inferiores del pequeño. Pero el documento de 27 páginas, escrito por la juez Anne Christine Massull, entrega aún más detalles que explican la decisión del juzgado de entregarle la custodia completa a Philip Bronstein, de 57 años, el tercer marido de la actriz y antiguo editor del periódico San Francisco Chronicle.
De acuerdo con la magistrada, la famosa madre ha sometido repetidas veces a su "básicamente sano" hijo a una serie de procedimientos médicos innecesarios, potencialmente peligrosos y exageradamente caros. Su tendencia a "sobrerreaccionar" frente a problemas cotidianos ha generado dificultades en el aprendizaje del menor y problemas psicológicos. Además, Massull asegura que Stone "delega muchas de sus responsabilidades de madre a terceras personas" y "simplemente se ha negado" a asistir a ninguna terapia "a menos que se reacomoden sus horarios y se cumplan sus demandas".