Hay cosas difíciles de comprender. Que en una sociedad tan definidamente misógina como la china (al menos, vista desde fuera es la impresión que da) una directora (mujer) haga una película protagonizada por una joven (mujer también) a la que maltrata tanto, no termina de ser asumible.
Xiaolu Guo, realizadora que ha viajado a numerosos festivales con anteriores obras, saca a su protagonista de una y la mete en otra peor. La joven Mei, que vive en un poblacho de mala muerte y que lo más lejos que ha viajado han sido a 8 kilómetros de distancia, desea abandonar el lugar e irse a una gran ciudad. Un camionero amigo la viola y sirve de detonante para que abandone el pueblo. Pero acaba en la ciudad grande más cercana prostituyéndose ¡¡voluntariamente!! y enamorada de un matón al que asesinan pronto.
Entonces, roba el dinero que éste tenía escondido y escapa a Londres, donde empieza a trabajar y parece que todo comienza a marchar bien, pero se aburre y se mete en más líos…
La película, que está estructurada a base de capítulos, alguno de ellos bastante breves, no termina de convencer, y en ocasiones resulta excesivamente cansina porque no sabes qué te está contando, qué te quiere decir. Hay situaciones que no tienen una explicación lógica (algunos cambios de humor o de actitudes de los hombres, tan repentinos que sorprenden…) Pero lo peor es que el personaje de la chica se llega a hacer desagradable, insoportable.
Poco que rascar en una cinta que, sin embargo, ha ganado premios en los festivales de Locarno (mejor película) y Hamburgo (mejor guión).
