Pero como no habla o, al menos, no está al alcance de todos oírlo -Moisés tuvo que ir al hoy pacificado Sinaí- hay que estar al liquindoi de lo que dicen algunos hombres que nos comunican, por un módico precio, expresado con una equis en la casilla del IRPF, solicitada en soportes mundanos (como McDonald o el bus ateo), lo que el altísimo quiere.
Y según dónde se manifieste, porque las fuentes indirectas que nos llegan son un poco liantes y hasta contradictorias. No es lo mismo hoy que ayer, Teherán que Roma o Madrid, nido, dicen, de la derecha vaticana. El Consejo de Guardianes de la Revolución de Irán, compuesto por ayatolás, que es como se llaman los muftíes cuando el islam es chií, ha decidido recontar los votos sólo en algunos colegios electorales de Irán y no anular las elecciones, a todas luces fraudulentas y activamente respondidas en la calle por masas de creyentes descarriados que desoyen lo que Dios les ha dicho a través del Consejo.
Algunos de esos ayatolás emitieron en su momento fatuas para que la ira divina cayera sobre el autor de Versos satánicos o las viñetas sobre Mohammed. El mismo Dios, porque sólo hay uno, ha dicho a través de otro Consejo, aquí llamado Conferencia Episcopal (no recuenta votos), que los diputados católicos no pueden aprobar la ley del aborto. Pero los católicos, al menos de momento, no parecen darse por aludidos.
El PP, que ha compartido el llamado celestial para reunirse en la calle y dar fe de su compromiso con el clero, aunque pleno de pecadores expresos contra varios mandamientos, ahora rehúye la pelea. Vamos mejorando, la Conferencia lanza una fatua sólo para los católicos ¿con pena de excomunión? y el PP se declara agnóstico de lo que dicen los curas porque tiene opinión propia, dicen, sobre la ley, algo no sólo legítimo sino refrescante y edificante de la democracia civil que no es lo mismo que la teocracia por delegación. Desde luego, no se espera que se alineen con Santo Tomás y Agustín -espacio ocupado por Bibiana Aído- sino con la doctrina criaturista presente en la Iglesia desde 1869.
Licenciado en Derecho y Antropología
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