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“Si se expropia una carretera, ¿por qué no una vivienda?”

El abogado Dionisio Moreno Se ha convertido en un icono en la lucha contra los desahucios y referente en el gremio de abogados..La Asociación Derecho y Democracia le acaba de entregar en Sevilla el Premio Plácido Fernández Viagas.

el 14 jul 2013 / 23:00 h.

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Moreno logró que Luxemburgo anulara las cláusulas abusivas./ Manuel R. R. (Atese) Moreno logró que Luxemburgo anulara las cláusulas abusivas./ Manuel R. R. (Atese)

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Dioni, como le llaman sus amigos, no le gusta la fama. Tanto que para localizarlo alguno ha tenido que llamar a las tiendas cercanas de su despacho de abogados de Martorell. Está más cómodo en un anonimato que perdió cuando accedió a ayudar a un amigo, Mohamed Aziz, al que los bancos le arrebataban su vivienda. Tras un dictamen del Tribunal Europeo de Luxemburgo que anula las clausulas abusivas de ese contrato, Dionisio Moreno se ha convertido en un icono en la lucha contra los desahucios y referente en el gremio de abogados.La Asociación Derecho y Democracia le acaba de entregar en Sevilla el Premio PlácidoFernández Viagas a este abogado catalán con raíces sevillanas, como pueden constatar sus familiares de Lora delRío.

–Tan dado a estar en un segundo plano, ¿se ha acostumbrado ya a eso de recibir premios?

–La verdad es que nunca había recibido premios por nada. Y además llega de una asociación profesional. Es como los Óscar de Hollywood, donde los compañeros reconocen tu trabajo. Otra cosa es el motivo. A veces piensas que qué lastima que sea por hacer algo extraordinario en un tema tan triste como el desastre hipotecario de este país. Hemos llegado tarde para mucha gente pero a tiempo para la mayoría. Bienvenido sea.

–¿Ha habido un antes y un después de la sentencia? ¿Qué ha cambiado en estos tres meses?

–Más que cambio es motivo de esperanza para los que han perdido su vivienda como Mohamed. Si él llega a recuperar su casa, abriría el camino a otros para que recuperen la suya o al menos sean compensados por el mal funcionamiento de una ley muy antigua que nadie había cuestionado que fuera injusta. No voy a dar mérito a lo que hice. Sólo expuse a los jueces de Luxemburgo la situación de injusticia que había en España y ellos, aplicando la directiva europea, llegaron a esa conclusión. Y fue en un momento procesal clave, que influirá no sólo en las ejecuciones hipotecarias sino también al interpretar las cláusulas abusivas de todo tipo de contrato.

–Acudió a Luxemburgo pagándolo de su propio bolsillo.

–Es que tenía un cliente pobrecito que tenía que mantener cuatro bocas con 426 euros y un alquiler social de 370 euros. Fui por amistad, porque veía una situación injusta y viví como lo echaron de su casa. Yo también tengo una hipoteca y me puede tocar a mí como a muchos que acuden a mi despacho. Fue un milagro que se me ocurriera recurrir a la defensa de los consumidores, porque los juristas tendemos a seguir lo que se ha hecho antes y aquí no había precedentes. Pero tampoco había mucho que perder, porque ya lo habían echado de su casa y estaba arruinado.

–¿Cree que a los bancos les falta algo de humanidad?

–En este proceso en particular, sí. Se le ofreció al banco la posibilidad de negociar y no quiso. Y ante esa postura, le dije claro: Si vas a por mi cliente y lo quieres echar por cuatro cuotas, yo iré a por tu contrato y a ver quién gana. Cogí el contrato y empecé a leerlo y no entendí nada. Si un jurista no lo entiende, un consumidor menos y, además, está mal hecho.

–Sevilla es pionera en la lucha contra las cláusulas abusivas.

–Hay ciudades con movimientos importantes. En Sevilla se ha peleado contra las cláusulas techo-suelo y me consta que hay colegas que están cuestionando el tema del Euribor. Pero también hay esfuerzos en Valencia, Palma de Mallorca, Bilbao... Ante tal situación, sólo hay dos caminos: o aplicas la ley con el poco margen que permite o eres innovador en tus reclamación ante los tribunales.

–¿Se puede definir el fenómeno de los desahucios de pandemia?

–Más bien son las tres D:despido, desahucio y divorcio, que van interconectados. Pierdes el empleo y la capacidad adquisitiva y empiezas a incumplir los pagos de la hipoteca. Es lo que pasa cuando firmas un contrato de 30 años. Esa frase de que te casas con el banco es cierta. Lo que no puede ser es que si te pasa algo no te ayuden y si es a un banco lo rescaten y lo tenga todo a su favor porque ha fijado las cláusulas. Estamos en un escenario en que hasta las administraciones fomentan la compra con descuentos y no el alquiler.

–¿La sociedad ha cambiado a la hora de firmar estos contratos?

–Ahora se leen todos los contratos. Planteo una idea: en vez de ocupar los bancos con camisetas verdes, que se puede ver como una coacción, sería mejor ir al director del banco para que nos explicara las cláusulas del contrato.

–¿Las administraciones públicas se han puesto las pilas?

–Han hecho una reforma cortísima, de cubrir el historial. Quedan pasos que dar, como aportar soluciones a la dación en pago en Hacienda, que no puede decir que es una ganancia patrimonial. Hay que mover todavía muchas normas.

–¿Y del plan de la Junta para expropiar viviendas a los bancos?

–Ha sido valiente destinar, que no expropiar, a uso social las viviendas vacías. Al igual que se expropia terrenos para una carretera, se pueden expropiar derechos con carácter transitorio. Es una paradoja que sobren viviendas y haya tanta gente en la calle.

–¿Mohamed donde vive ahora?

–En una vivienda social. Se han declarado nulas las cláusulas, pero no el desahucio. He pedido la ejecución provisional de la sentencia para que mientras pueda estar en su casa. Ese día, cuando le den las llaves para volver, llamaré a todos los medios para que vean cómo un señor al que han echado a la calle vuelve a su casa con la ley por delante. Ese día seré el hombre más feliz del mundo.

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