Cultura

«Si se manipula el lenguaje, los poetas tenemos que hacer algo»

Poeta contenido y paciente, profesor de Estética de la Facultad de Comunicación, Emilio Rosales vuelve a los estantes de novedades con el poemario 'Oye al viento cantar', que acaba de ver la luz en Renacimiento, y desde el cual reivindica la capacidad de la poesía para intervenir en la realidad.

el 15 sep 2009 / 21:48 h.

Poeta contenido y paciente, profesor de Estética de la Facultad de Comunicación, Emilio Rosales (Jerez, 1960) vuelve a los estantes de novedades con un nuevo poemario, 'Oye al viento cantar', que acaba de ver la luz en Renacimiento, y desde el cual reivindica la capacidad de la poesía para intervenir en la realidad.

Mientras otros hablan de hecho poético, Rosales prefiere referirse a la "acción poética", que implica un compromiso firme. "Hoy cualquier perversión de la libertad, de los Derechos Humanos, lleva detrás una campaña de perversión del lenguaje. Yo siento que se manipula nuestro terreno, y cuando esto sucede los poetas tenemos que hacer algo. Tenemos la responsabilidad de rescatar el sentido de las palabras -guerra, hombre...-, lo que éstas tengan de esperanza y de horror", explica.

El escritor y docente pone como ejemplo los eufemismos que se han empleado para hablar de las recientes masacres de Gaza. "Aunque somos ciudadanos como cualquiera, los escritores y los artistas tienen mucha responsabilidad de lo que está pasando. Hemos dado por hechas conquistas que estaban cogidas por hilos, y ahora toca dejarse oír", añade Rosales.

Sin embargo, no es que el jerezano crea que la poesía va a cambiar el mundo de la noche a la mañana. Pero tampoco puede quedarse cruzada de brazos: "Hay una campaña para crear opinión y contrarrestar la influencia sionista de Estados Unidos, en la que sólo te piden un euro. Pues bien, mi libro es igual, es como un euro. Quien tenga un millón para hacer una película será sin duda más efectivo, pero éste es mi terreno, hasta aquí llego", agrega.

Desde su interesante debut con el poemario Tierra adentro (1999), Rosales ha ido despojando su faena de imágenes irracionales, depurándola y persiguiendo una mayor sencillez expresiva. El primer aviso de esta evolución vio la luz bajo el título El libro de las transformaciones (2004), y Oye al viento cantar confirma definitivamente esta tendencia, aunque el propio autor niega que sea un proceso consciente. "No es algo que haya ido buscando. En poesía, de hecho, no busco nada, es algo que se va haciendo así", asevera.

Autor de ensayos como Últimos viajes y aventuras o Estética y medios de comunicación, Emilio Rosales, afincado en Grazalema (Cádiz), deudor confeso de Antonio Machado, San Juan de la Cruz y Claudio Rodríguez, ignora cuánto tardará en completar un nuevo poemario. "¡Igual pasan otros quince años!", sonríe. "Me gusta ser así de lento, pegarme dos meses con un poema, darle vueltas, llevármelo allí adonde vaya", apostilla.

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