Economía

"Si un familiar vale tanto, que se busque por sí mismo el trabajo"

José López, vicepresidente de Nestlé, considera que lo más difícil es apartar a la juventud de la cultura del pelotazo y el oportunismo.

el 20 abr 2014 / 23:45 h.

TAGS:

15680561Tajante con la meritocracia directiva incluso en las empresas familiares, José López habla, sin embargo, de la importancia de la familia, y considera que lo más difícil de esta juventud es apartarla de la cultura del pelotazo y el oportunismo. En una Andalucía donde la mayoría del tejido empresarial es familiar, escandaliza su afirmación de que ningún familiar suyo puede entrar en Nestlé, teniendo usted un cargo tan relevante… La gobernanza de las empresas en España tiene que cambiar. No podemos mantener el nivel de competitividad empresarial y, por tanto, económica si la selección de los directivos tiene algo que ver con otra cosa distinta al mérito. Así de simple. Porque nos estamos midiendo contra estructuras y gobiernos (de empresas) donde sólo el mérito te lleva arriba, y nada más. Soy hijo de emigrantes obreros y españoles y hoy en día estoy en la cúpula de una de las mayores multinacionales del mundo, Nestlé. Y nunca tuve que sonreírle a nadie a quien no tuviera que sonreír. Nunca. Entré sin nadie, no tenía amigos y ahora tengo colegas de trabajo. Pero desechar a un familiar que valga, que tenga mérito… Pues si vale tanto, que se encuentre a sí mismo un trabajo, que seguro que lo encuentra, si es que vale tanto… Yo no puedo garantizar que por un nombre, por un apellido, tenga a la persona más competitiva en un cargo, y si no es la persona más competitiva ni se hacen estas cifras, ni se tiene este desarrollo, ni se logran estos objetivos y estas metas. Pero, ¿por qué se escandaliza? Porque eso en Andalucía… Ahí está Amancio Ortega. Sus familiares no llevan la empresa, sí unos directivos que entienden mucho de empresa, mucho del negocio, mucho de logística, mucho de cadena de valor… y lo hacen fenomenal. Es un logro extraordinario el de Inditex. Hijo de emigrantes y emigrante. ¿Qué siente al ver a tantísimo joven español que se va fuera para poder trabajar? Tristeza... Se entiende, si no hay trabajo, ¿qué van a hacer? Es triste, sí, pero quizás es un proceso que haya que vivir, es el resultado de cosas que se hicieron mal y éste es el precio que hay que pagar. Yo, optimista por naturaleza, pienso que tendrá un valor: cuando la juventud regrese en cuanto haya una oportunidad, será una fuente de riqueza y mejora muy importante para España. Siendo un alto directivo de una multinacional, ¿qué aconsejaría a un joven emprendedor andaluz? Que no cambie de idea. Primero, que sea él mismo y que quiera hacer algo. Y después, que se comprometa con cualquier idea porque cualquier idea es buena, fijando en ella todo su esfuerzo. Lo más difícil de apartar son las ganas que tiene la gente de ser algo muy rápidamente, sin mantener el eje y el esfuerzo en el largo plazo. Es impaciencia pero para ser algo, no por querer hacer algo. En Nestlé tenemos un programa de excelencia continua. Y esto lleva siempre al éxito. Es difícil para mucha gente entender qué significa esto, el esfuerzo continuo. Ni oportunismo ni pelotazo. Dice usted que el agricultor está infravalorado e infrapagado. Con estos mimbres, ¿cómo animar a un joven agricultor andaluz? Insisto, que mantenga fija su idea: qué ofrece, en qué se diferencia, en qué es excelente. Y que trabaje duro. Quiero hacer hincapié en que la gente interpreta de muchas maneras eso de trabajar duro… ¿Por? Porque el esfuerzo mantenido y la preocupación por la excelencia no pueden abandonarse ni un segundo. Si lo haces, no te extrañes que… ¿Cómo aguanta el ritmo? Sin una familia como la que tengo yo no se puede estar en lo más alto de Nestlé. Y lo que más te aporta la familia es que nunca se te suban los humos. Tengo esposa, dos hijas, unos hermanos y unos cuñados que ven en mí al hijo de Carmen y Pedro, los de Bormujos, y no a otra persona. Cuénteme de esos padres… Mi padre tenía en Andújar, donde yo nací, una carrocería, y después en Linares, donde nació mi hermana. Un señor suizo tuvo un accidente con su coche y lo reparó allí. Le ofreció un trabajo en Suiza, y nos fuimos. No nos fuimos porque estuviéramos mal. Mi padre era un empresario pequeñito, pero se le abrían en Suiza más posibilidades. Y mi madre tenía la ilusión de que sus hijos fueran mejores y estuvieran mejor que ellos, que, creo, es la ambición que tenemos todos los padres para nuestros hijos. Somos tres hermanos. Mi hermana es doctora y profesora en las universidades de Lausanne y Ginebra, mi hermano acaba de retirarse como alto directivo de una gran compañía alemana. De ahí viene todo, de mis padres.

  • 1