Menú
Cofradías

«Si una cofradía se niega a reajustar su horario, será el Consejo el que se lo ponga»

Carlos Bourrellier afronta su segunda Cuaresma como máximo dirigente del Consejo de Cofradías

el 04 mar 2014 / 22:19 h.

TAGS:

15552798Se dispone a vivir su segunda Cuaresma como presidente de un Consejo de Cofradías al que no se le puede negar dedicación y esfuerzo por renovar su funcionamiento interno y por corregir todos los problemas logísticos que tiene la Semana Santa actual. Este año, además, habrá un nuevo conteo. Sé de algún dirigente cofradiero que sotto voce aún anda pidiendo elecciones en el Consejo... Nosotros estamos totalmente legitimados por los estatutos y confirmados por la autoridad eclesiástica y por la asamblea de hermanos mayores. Quien dice algo de esto creo que está un poco trasnochado. Hace poco más de un año, recién investido presidente, usted reconocía que «el enemigo seguía estando en casa». ¿Siguen viviéndose tensiones en San Gregorio? Tensiones siempre se viven porque la pluralidad existe y cada uno pensamos que las cosas hay que hacerlas de una manera distinta. Es normal que existan ese tipo de tensiones, lo único que intentamos que sean las mínimas. Esto es una democracia y somos 21 personas rigiendo los destinos del Consejo. La mayoría es la que impera. ¿Ha desenmascarado ya al «Judas» que se sienta junto a usted en la misma mesa? Me gustaría olvidarme de todo este tipo de manifestaciones. Indudablemente, pasado el tiempo uno ya sabe quiénes son los que están con uno y los que están en contra, pero prefiero pasar página. Las nuevas normas para Semana Santa, en las que a los delegados se les reviste de poder ejecutivo en Carrera Oficial, han despertado cierta inquietud en muchas casas de hermandad... La junta superior está trabajando por mejorar todos los aspectos de la Semana Santa. Estas normas son las que han existido siempre, pero con una serie de adiciones o cambios que son los que han provocado cierta intranquilidad. Esto hay que tomarlo con naturalidad y tranquilidad. Lo único que ha cambiado en las normas es que ahora se indica claramente por primera vez que el incumplimiento de determinadas indicaciones podría dar lugar a un proceso sancionador, que antes no había. Episodios como el de Los Panaderos, ¿qué calificación tendrían hoy? Eso habría que estudiarlo. La última palabra la tendrá el pleno de hermanos mayores. Nosotros nos limitaríamos a elaborar el informe pertinente y a informar al vicario. Los hermanos mayores serán los que tomen la decisión última. No hay que buscarle tres pies al gato a estas normas ni se pretende que haya un Consejo sancionador. Nosotros estamos aquí para ayudar a las hermandades en todo. Lo único que pasa es que en un momento determinado, más que quiere uno a sus hijos, hay que llamarles la atención. Con las disculpas de la cofradía de la calle Orfila, ¿el Consejo da este asunto por zanjado? El año pasado las circunstancias eran distintas a las de este año. Adolfo Arenas solía decir que con los antiguos estatutos el Consejo sólo servía para trasladar papeles. Los Panaderos, efectivamente, pidió sus disculpas y lo que no tiene es que volver a pasar. Le pedimos una serie de informes y que procedieran a depurar responsabilidades. Sé positivamente que entonaron el mea culpa y arreglaron los problemas denntro de su hermandad. ¿En qué va a derivar el estudio integral que proyecta abordar el Consejo con la monitorización de la Carrera Oficial para proceder a un conteo de nazarenos? El fin de este estudio es saber cuáles son las hermandades que están cumpliendo con las normas y cuáles son aquellas que se están dejando ir. En definitiva, es saber de qué manera se anda por la Carrera Oficial, qué hermandad anda más rápido y cuál más lenta, cómo lo hacen las de cola y las de capa, las hermandades con música y sin música y dentro de ellas las que tienen bandas o agrupaciones. En fin, todo este tipo de cosas queremos recogerlas en un documento de trabajo para proporcionar a las hermandades las armas necesarias para que entre ellas, si fuera factible, se pongan de acuerdo para corregir los problemas del día. Si entre ellas no se ponen de acuerdo, será la junta superior la que las ponga de acuerdo. El objetivo último, entiendo, es el reajuste de los horarios. Efectivamente. Los minutos de que gozan las hermandades no son derechos adquiridos. Hay hermandades que en los últimos años han crecido de forma importante en su nómina de nazarenos y otras que han decrecido. Habrá que ajustar esos tiempos. ¿Y qué pasará si una hermandad se niega a reajustar sus horarios? Pues si una hermandad se niega será la junta superior la que le ponga el horario por delegación del vicario. Hay hermanos mayores que al oír estas cosas se rasgarán las vestiduras… No tienen por qué. Si fuera una hermandad que ha crecido en nazarenos, reclamaría cuanto antes ese reajuste y al contrario si ha decrecido en efectivos. Hay que ser consecuentes. Esto se va a hacer y además se va a hacer el conteo en dos puntos distintos de la Carrera Oficial, en Campana y en los palcos, porque entendemos que son los sitios más claros donde se puede ver el trascurrir de la cofradía. No va a haber error de ningún tipo. Yo entiendo, y pasa en mi hermandad, que se sacan muchas más papeletas de sitio que las que luego realmente se traducen en nazarenos. También hay muchos niños que se retiran antes de llegar a la Carrera Oficial. Hay personas que se sacan la papeleta de sitio porque la quieren guardar como recuerdo. Todo este tipo de cosas están contempladas, pero el tiempo se le da a cada una de las hermandades no porque se saque más o menos papeletas, sino por el número de personas que integran el cortejo. ¿A su juicio, cada cuánto tiempo debería realizarse este conteo? Cada vez que sea necesario o que se vea que haya problemas. Puede haber condicionantes, bien porque crezca o disminuya el número de nazarenos. Entiendo que deberíamos llegar a un acuerdo entre todos, por ejemplo, cada vez que entre un Consejo nuevo, o por ejemplo cada diez años de manera obligatoria. Mi idea es recoger estos ciclos dentro de las normas de régimen interno del Consejo que se están haciendo. ¿El Consejo tendrá autoridad para imponer un itinerario a una hermandad? Hombre, nosotros no vamos a intentar imponerle un itinerario a ninguna hermandad, bajo ningún aspecto. Lo único que sucede es que si una hermandad ocasiona problemas a otra hermandad, se analizaría la causa de los problemas. Nosotros evitaríamos imponer nada a nadie, pero si arreglar la Semana Santa pasa por cambiar algún itinerario en un momento determinado no seríamos nosotros los que lo hiciéramos, pero… hacerlo habría que hacerlo. O sea que el vicario tendría la última palabra… Nosotros no estamos para sancionar a nadie, ni decirle a nadie por dónde tiene que tirar, sino para mejorar en todo lo que se pueda la Semana Santa. ¿Ve usted a la Macarena tirando por la Alfalfa? Yo la veo por todos sitios porque va maravillosa. La Macarena tendrá su recorrido por donde la Macarena debe de ir e irá por donde debe de ir. Y nada más. Ya se verá. ¿Cree que el Resucitado, aprovechando el cambio de Reglas, debería adueñarse de la mañana del Domingo de Resurrección y retrasar su salida? Como presidente no le puedo hablar de esto porque hay hermanos que se sienten del Sábado Santo. Si me pregunta como cofrade, el ver en la Campana al Resucitado a las 11 o a las 12 de la mañana con toda Sevilla a sus pies tiene que ser maravilloso. Lo que sí le puedo decir es que llevo cinco años recibiendo al Resucitado a las siete de la mañana en la Campana y la verdad es que somos 20 personas las que estamos allí y de una forma desangelada. Creo que esta hermandad merece más y estoy seguro que Sevilla se volcaría con ella. Pero, reitero, no entro a valorar lo que haga cada uno en su casa. Desde la llegada de Asenjo a la diócesis se han restringido mucho las salidas extraordinarias. ¿Cree que se han abusado mucho de ellas? Como soy cofrade a mí me encanta que salgan los pasos para todo. Yo no sería el que diría que no salgan. Nosotros tenemos que hacer nuestra manifestación de fe en la calle. También es cierto que no podemos morir de éxito y la profusión de salidas puede quitar luego el encanto de una salida realmente extraordinaria. Creo que en las Normas Diocesanas que se están elaborando se regularán estos casos. Como cofrade acataré lo que venga de la autoridad eclesiástica. ¿Y qué esperan de esas nuevas Normas Diocesanas que se están cociendo en Palacio? No sé absolutamente nada. Sé que llevan tiempo elaborándolas y que se está reflexionando mucho sobre ellas y que, posiblemente, en el transcurso de este año vean la luz. Hasta ahí es lo que sé, pero no tengo ni idea de por dónde van. ¿Conoce ya el nuevo auditorio de Fibes? Sí que he estado y qué cosa más desangeladada, oye. ¿Ni le pregunto entonces si ve el pregón de la Semana Santa allí? De ninguna manera, de ninguna manera. ¿Qué espera del pregón de Quico Berjano? Espero el testimonio de un hombre con una gran fe, que nos va a demostrar cómo es su día a día, cuál es su vida y cómo vive la fe dentro de su hermandad y de su familia. Nos puede enseñar a muchos un camino que es el que nosotros estamos deseando de escuchar. ¿Va a ser posible atender la petición del pregonero y subtitular la pieza literaria? Eso es muy complejo. Estamos haciendo las gestiones, pero es muy complejo, muy difícil. Hay problemas con el mismo teatro, con la tele, que también tendría sus problemas, en fin, que en un principio, es algo muy complejo. Este Consejo ha dado algunas pasos para actualizar el reglamento de uso y adjudicación de sillas y palcos. ¿Le gustaría abordar una reforma más profunda? A mí sí. Pero, como le dije antes, en la junta superior somos 21 perssnas y a mí me gusta que sea la mayoría la que decida, que no sea el presidente, aunque a lo mejor el pesidente tiene unas ideas más avanzadas en este tipo de cosas. A veces, los consejeros pueden tener miedo a dar pasos que no se han ado antes. A mí me parece que cuando no hay más remedio hay que darlos. A mí se me hubiera gustado una reforma más profunda para dar entrada a más gente, más cofrades y más sevillanos que no disponen ahora de sillas. Una manera de que pudiera llegar a más personas es, como yo propuse y sigo teniendo en mente, limitar el número de años que un abonado puede ceder su silla o su palco, porque le está quitando la posibilidad a otro sevillano de acceder a esa silla. Me gustaría modificar ese punto. «Dentro de tres años al Consejo se le habrá dado la vuelta como un calcetín». La frases es suya... Es cierto. Mi intención es que en tres años el Consejo haya cambiado totalmente. Tendré mis luces, mis sombras, mis acietos, mis fallos, pero no podemos estar viviendo en el pasado. Esta institución, que es de las más importantes de Sevilla, hay que modernizarla en todos los sentidos. Una de las cosas que estoy intentando es que haya luz y taquígrafos, que aquí no se muieva un papel sin que tengan conocimiento de ello los hermanos mayores. En definitiva, el Consejo son ellos. Nosotros sólo somos su brazo ejecutor. ¿Para cuándo las obras en la capilla del Consejo? Estoy muy defraudado con los plazos de las obras de la capilla. El presupuesto está aprobado desde junio. Pero entre el tiempo que se ha llevado este asunto en Cultura para su aprobación y el que se está llevando en Urbanismo, la verdad es que se me están yendo los días y estoy viendo que no van a estar terminadas las obras de la capilla para Semana Santa. Si no fuera posible, haríamos las obras despuésde Semana Santa. Estamos intentado cuidar la capilla para ponerla en uso. Pasada la Semana Santa se habrá alcanzado ya casi el ecuador del mandato de esta junta superior. E incluso ya se empiezan a advertir movimientos internos y externos de posibles candidatos para posicionarse. ¿Qué opinión le merece? Creo que a dos años y medio vista es un error el decir que me voy a posicionar para seguir como presidente. Hay mucho tiempo por delante y me parece además que no deberíamos ni de hablar de ese tema. Yo, hoy por hoy, ni me lo planteo. Cuando termine mi mandato lo normal es que me vaya a mi casa, pero hoy por hoy no debo ni de hablar del tema.

  • 1