Siderúrgica Sevillana, una de las grandes empresas industriales que aún sobrevive en la provincia, cerró el ejercicio 2013 con un descenso del 5,8 por ciento en su facturación, que se situó en 327 millones de euros, frente a los 347 millones contabilizados un año antes. Y es que, a pesar del aumento de la producción creció un 3,26 por ciento, hasta 693.017 toneladas, la compañía especializada en la transformación de chatarra en barras de acero corrugado y en menor medida en perfiles comerciales se encuentra con una barrera natural que le impide crecer ante la atonía del mercado nacional: el dragado del Guadalquivir. «No podemos llegar a América Latina ni sacar barcos más grandes por la falta de dragado, que nos está haciendo mucho daño. Lo ideal sería vender en España, pero como no hay mercado tenemos que exportar, y ahí competimos con países que tienen menos costes que nosotros», explican fuentes de la compañía, que inciden en que el peso de su producto final hace inviable por caro el traslado de la carga por otros medios de transporte. Elegir, además, otros puertos de salida también se traduce en un encarecimiento de los costes. A ello se suma la actitud de recelo de los puertos de Huelva y Cádiz, que se oponen al dragado en Sevilla «porque dicen que así perderán clientes», lamentan desde la empresa, que considera que esta situación no se da en otras comunidades autónomas. Junto a la competencia por costes, que lo que hace es estrechar los márgenes, la siderúrgica radicada en Alcalá de Guadaíra se queja de otra piedra en el camino que atenta directamente contra la cuenta de resultados: la reforma fiscal aprobada por el ministro Cristóbal Montoro sobre el Impuesto de Sociedades y que se refiere a la limitación de las amortizaciones fiscalmente deducibles y de la compensación de bases imponibles negativas al 50 0 25 por ciento de la base imponible previa en función de la cifra de negocio. ¿Eso qué significa? «Que te deja sin recursos para poder invertir». Según los datos aportados por la empresa, en 2012 ésta registró un beneficio bruto de 3,9 millones que, tras pagar 1,4 millones del impuesto, les dejó un resultado neto de 2,5 millones al cierre de ese ejercicio. Sin embargo, en 2013 el beneficio antes de impuestos se situó en 1,5 millones, a los que restar 1,2 millones por los cambios incluidos en el de Sociedades, y que dejaron a la firma un margen de beneficio neto de 225.000 euros. «Está afectando sobre todo a las empresas industriales que son las que más inversiones hacen y amortizan y también a las empresas que lo hayan pasado mal en los primeros años de la crisis porque ahora no se pueden compensar las bases imponibles de los ejercicios de 2009 y 2010». Por esta razón, la empresa sevillana, filial del grupo italiano RIVA, ha elevado una queja al Ministerio de Hacienda que, aunque reconoce en su escrito de respuesta el «perjuicio ocasionado» a esta sociedad, insta a comprender que son medidas que «obedecen a una situación de crisis económica excepcional» y recalca su carácter temporal. A pesar de ello, Siderúrgica Sevillana mantiene su política de reinvertir en la planta, de manera que en 2013 realizó actuaciones encaminadas a la mejora de las instalaciones de captación y aspiración de humos, y adquirió maquinaria para la limpieza de la chatarra que persigue limpiar en origen y mejorar el rendimiento energético, explican. La inversión más importante la absorberá la modernización de la planta de aspiración de humos, que en una primera fase requerirá el desembolso de 3,5 millones y que estará concluida a finales de este año. La segunda fase, para la que se está buscando financiación, necesitará de otros 3 millones. «Para algo que se podría financiar con reservas, te obligan a endeudarte», aseveran. PRIMER SEMESTRE. Ahora que tanto se habla de incipientes signos de recuperación económica, la acería sevillana, al menos, se desmarca de ese optimismo. «A nuestro sector la recuperación no ha llegado», puntualizan desde la compañía, dada su vinculación con el sector de la construcción y de la obra pública. «Es verdad que estamos salvando esa dependencia diversificando nuestra oferta hacia otros productos, como la fabricación de bienes de equipo». Ahí se enmarca la producción de perfiles comerciales. Sin embargo, en lo que sí ha notado cierto alivio en estos meses ha sido en la factura energética. «En la primera mitad del año el coste eléctrico ha sido bastante aceptable». Lo que no quita para que mantengan su queja ante la «inseguridad» que genera Industria con la reforma energética, de la que aún faltan algunos desarrollos. «La industria necesita tener visibilidad de por dónde va esto». Y es que se espera que a partir de noviembre se inicie el nuevo procedimiento que afecta a la interrumpibilidad en las grandes empresas que se regirá a partir de entonces mediante una subasta con condiciones muy concretas y que tendrá un sistema de compensación que «va a beneficiar a una empresas frente a otras», y que incorpora recortes sustanciales. Los cambios no suelen ser a mejor. Lo último, «la circular 3/2014 de 3 de julio de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, dirigida a cambiar el calendario eléctrico se altera la clasificación eléctrica de las horas del año y a encarecer aún más la factura».