Pérez Villalta.
Follyes de Imaginalia "no es una exposición al uso". Se trata de una "nueva fórmula" que nos permita exponer proyectos interesantes aunque sea por unos cuantos días, asegura Rafael Ortiz. Así, esta muestra, que sólo estará abierta una semana, trae cuatro esculturas bañadas en plata del artífice, como a él mismo le gusta definirse, Guillermo Pérez Villalta. El gaditano, que simultáneamente expone en la que será la última muestra de la galería Soledad Lorenzo en Madrid antes de que cierre sus puertas, ha contado con la mano artesana de orfebres sevillanos para su elaboración.-¿Cómo surge la idea de trabajar con orfebres de Sevilla?
-Hace más de un año, nos decidimos a realizar este proyecto aunque es algo que llevo arrastrando mucho tiempo. Antes de vivir en Sevilla, donde llevo unos 15 años, venía siempre en Semana Santa porque soy un apasionado de ella. Desde entonces aprecio esa capacidad artesana de los orfebres, los carpinteros... y había pensado usarlo en mis obras pero hasta ahora nunca lo había podido realizar.
-¿Cómo fue el proceso de creación?
-En un principio hice unos bocetos iniciales y empezamos a trabajar directamente con los artesanos. Encontramos un taller que funciona maravillosamente, con quien tuve mucha comunicación, de manera que las obras se fueron construyendo mientras se producían porque, aunque siguen el boceto, fuimos adaptando y modificando cosas.
-Dice que se trata de un mundo cerrado, ¿fue difícil trabajar con ellos?, ¿entenderse?
-Lo curioso es que, a pesar de que normalmente trabajan en un registro totalmente diferente, desde el comienzo entendieron el concepto. Al principio estaba cortado porque no sabía hasta qué punto iban a comprender estos conceptos tan alejados de los candelabros, los varales... pero nos entendieron bastante bien y como es gente que tiene un oficio extraordinario, inmediatamente cogían la idea y la realizaban.
-Las obras están realizadas en bronce bañado en plata, ¿qué importancia tienen los materiales?
-Quería hacer un objeto lujoso, una joya, algo que no pasara desapercibido de ahí la idea de bañarlo en plata y usar piedras semipreciosas. Sin embargo, el primer día que lo vi no sabía si me gustaba o me parecía horroroso. Pero creo que hay un momento en el que es necesario sobrepasar esa línea del buen gusto tradicional y avanzar atravesando lo que algunos consideran kitsch. Siempre he trabajado para no tener esa limitación, esa coacción estética. Para mí lo kitsch es maravilloso. Puedo hacer algo que la gente considera kitsch pero yo lo defino como arte con mayúscula.
-¿Piensa seguir trabajando en esta línea?
-Con la situación económica tan dramática que vive el mundo del arte, un proyecto como este, que su realización es muy costosa, da miedo. Pero este tipo de trabajos con artesanos me sigue interesando. De hecho, una cosa que tengo en la cabeza desde hace años es realizar un manto de Virgen utilizando la técnica del bordado. Pero, ¿quién convence a una cofradía para que un artista contemporáneo haga un manto de Virgen? Aunque no haría un disparate moderno, si no que cogería la tradición y la traería al presente.
-En la muestra, además de las escultura, se exponen los bocetos, ¿es importante conocer el proceso de creación de sus obras?
-Siempre hago hincapié en los estudios previos puesto que considero que el dibujo es el pensamiento del artista. Trabajo continuamente en dibujos y los bocetos de mis cuadros son milimétricos. Soy una persona muy analítica y el dibujo me permite hacerme una idea y decidir si merece la pena seguir. Nunca he entendido a los pintores que se ponen a dibujar directamente en el lienzo. Eso de la libre expresión, es una chorrada. Lo importante es que pienses y estudies. Además, el espectador con los dibujos ve el trabajo previo. La estructura geométrica interna de los cuadros es fundamental y la gente no se da cuenta ni de que existe. Así pueden ver cómo todo está dentro de un orden.
-Después de pasar por Madrid y Londres, ¿por qué traer la obra a Sevilla?
-Sevilla es la ciudad donde se hizo y a los artesanos que las hicieron les gustará verlas bien expuestos. Además, pensamos llevarla a la galería de Carmen de la Calle en Jerez y probablemente a otros sitios.
-¿No es curioso que cuando se tiende a lo digital, a lo minimal, usted se centre en el dibujo y en el detalle?
-Mi obra en gran medida está hecha a propósito para herir el gusto oficial del arte contemporáneo. Siempre hago lo que en este momento está denostado. Siempre voy a contracorriente de lo que es la moda y el modo de mi tiempo. Me gusta mantener una lucha contra el gusto del momento que es más conceptual y minimal, pues a propósito mi trabajo es lo menos conceptual y lo menos minimal que puedo.
-¿Cómo se define como artista?
-Hace unos años se hizo una exposición en la que era Caja San Fernando, que se llamaba Artífice. Esta definición es la que llevo usando muchos años. Durante toda mi carrera me he dedicado a hacer cosas entre las cuales está la pintura. Pero he hecho muebles, escenografías, dibujos, pañuelos de seda, joyas, jarrones... He hecho de todo porque lo que me gusta es hacer cosas. Tampoco creo que mis obras encajen dentro de ninguna tendencia o movimiento. Nadie ha inventado una forma de clasificarlo.
‘Follyes de imaginalia' puede visitarse hasta el 10 de noviembre los lunes de lunes de 18.00 a 21.00 h. De martes a viernes de 11.00 a 13.30 h. y de 18.00 a 21.00 h. y los sábados de 11.00 a 13.30 h.
