Cultura

"Siento que en Grecia, en este momento, todo está en peligro"

Después de un largo silencio, el helenista Moreno Jurado regresa al verso con un homenaje a su adorado Elytis.

el 24 jun 2012 / 19:04 h.

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Hay un Moreno Jurado poeta, que ganó precozmente el premio Adonais y con una veintena de títulos en su haber; y hay otro pionero del helenismo en España, traductor de nombres como el premio Nobel Odysseas Elytis. Pero ambos confluyen en Últimas mareas (Vaso Roto), un poemario donde el autor sevillano rinde tributo al poeta griego sin dejar de mirar al familiar paisaje de Mazagón.

"He estado 13 años sin editar nada, salvo alguna antología. Pero lo importante es la nueva creación", explica Moreno Jurado (Sevilla, 1946), quien llegó a creerse abandonado definitivamente por las musas. Fue Elytis quien le dio la clave, con su característica composición estrófica, sus asteriscos y sus aberturas de espacios lineales. "He vivido como viven los libros * quiero decir * de acuerdo con los libros * confundiendo la realidad * con la pasión y el miedo...", escribe.

"Formalmente, la poesía de Elytis es un edificio arquitectónico que no se ha visto en nuestra poesía", explica. "Yo trato de reproducirlo para desarrollar poemas dramáticos objetivos, que son como monólogos, y poemas más breves que pertenecen a mi mundo y forman la parte subjetiva". No obstante, entre estos versos se deslizan personajes queridos por el autor, como Constantino Paleólogo, Copérnico, Giordano Bruno, Juliano el Apóstata o Kavafis, con los que conversa desde los pinares del litoral onubense.

Moreno Jurado, que conoció en persona a Elytis e incluso lo acompañó en una visita a Sevilla -"era una persona muy seria, difícil", evoca- sonríe al recordar cómo abordó la traducción del griego moderno cuando en España no había ni medios ni intención. "Fuimos cuatro o cinco pioneros en toda España, sin diccionarios, sin gramáticas. Cuando en la Universidad dije que quería hacer mi tesina sobre Elytis, creyeron que estaba loco".

Pasaron los años, y no sólo logró traducir al Nobel griego, sino también a Yorgos Seferis, a  Teodoro Pródromos y a Nikos Kazantzakis, sin contar a los trágicos griegos y varias novelas bizantinas. Cómo ha logrado que su poesía no sea demasiado porosa a esta influencia, lo explica así: "Cuando traduces, pones mucho de ti. Sólo puedes aspirar a una recreación del poema que tú has leído. La traducción literal no es posible".

Como amante de Grecia, Moreno Jurado contempla con lógica preocupación cómo la crisis se ha cebado especialmente en este país. "El problema es de todo el mundo, pero siento que allí, ahora, todo está en peligro. Las ruinas del Partenón van a dejar de tener tantos cuidados, pero más preocupante es el modo en que se están multiplicando los suicidios. Los propios griegos creen que, antes que la Cultura, está llenar la barriga y vestirse", dice.

Al contrario que aquellos que opinan que la Grecia de hoy no tiene nada que ver con la clásica de las grandes tragedias, el poeta y estudioso cree que esa actitud es herencia "de la visión distorsionada de la Ilustración, que imaginó una Grecia en la que todos hablaran como Sófocles. Pero ese lenguaje no lo entendían los atenienses, ni queriendo", apostilla.  

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