El 17 de febrero de 1994 Alcalá del Río se convirtió en el primer pueblo de España en el que el juez de paz fue propuesto a través de una consulta popular. Y así ha sido desde entonces. El martes se volverá a repetir aquel acontecimiento con otro referéndum.
Los vecinos están invitados a elegir a aquella persona que consideren más idónea para el puesto en una convocatoria a la que concurren nada menos que siete candidatos, de los dos sexos y de todas las edades. Tienen un perfil muy variado: hay desde un profesor de música hasta una monitora, pasando por una abogada, un perito, un impresor y como no, el que ostenta hoy día el cargo, y que ya lo lleva ejerciendo 47 años, Joaquín Velázquez.
Otro de los candidatos es José María Castellano, que no lleva mucho tiempo viviendo en este pueblo de unos 10.000 habitantes, pero quiere implicarse: "Hay que colaborar con la sociedad, y no mantenerse al margen, y eso es lo que me movió a presentarme, además de mi familia".
"Con este acto se potencia la participación ciudadana como garante de una gestión democrática y nos comprometemos a respetar la decisión y apoyar al candidato con más votos", promete el alcalde del municipio, Juan Carlos Velasco (IU), ya que el elegido por el pueblo debe ser ratificado luego en un pleno.
El alcalde anima a los mayores de 18 años a votar para demostrar que "siguen yendo contra corriente y dedicando parte de su tiempo a potenciar la participación ciudadana, cosa que hoy día no se ve en otros terrenos políticos, muy al contrario al vecino lo tienen de marioneta electoral y guardado en la chistera para sacarlo cada cuatro años".
Un juez de paz se nombra en aquellos municipios que no tienen juzgado. Es el encargado de custodiar el Registro Civil (incluida la celebración de bodas civiles), se encarga de actas de conciliación, de pequeños embargos, de litigios menores... Hasta no hace mucho, cuando los medios de locomoción no eran tan rápidos, se ocupaba incluso del levantamiento de cadáveres.
Tanto el juez de paz como sus sustitutos son nombrados por cuatro años por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. En Alcalá del Río se cobra una cantidad simbólica, algo más de 300 euros y sólo desde hace unos años.
Pero en Alcalá del Río está demostrado que un juez de paz puede hacer otras muchas cosas. Basta recordar la historia que hace unos meses protagonizó el actual. El pasado 28 de julio evitó un atraco en una sucursal de Banesto, cuando M.R.T., de 39 años, para el que el fiscal pide ahora tres años de cárcel, penetró en la oficina con una escopeta y encañonó a la cajera. Consiguió huir con un botín de 16.000 euros pero cuando se disponía a introducirlo en su coche fue abordado por el juez de paz, que lo redujo.
Se podrá votar en la plaza de abastos y en las oficinas municipales de las pedanías del municipio entre las 16.00 y las 21.00 horas el día 23.
