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Siete mil euros marcados

Casi 1.500 profesores se manifestaron ayer en Sevilla para exigir la retirada del plan de calidad. Fue una protesta menguada y más silenciosa que la huelga que hicieron hace seis meses con el mismo propósito. Foto: Juanma Rodríguez.

el 15 sep 2009 / 18:55 h.

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Casi 1.500 profesores se manifestaron ayer en Sevilla para exigir la retirada del plan de calidad. Fue una protesta menguada y más silenciosa que la huelga que hicieron hace seis meses con el mismo propósito. Entonces salieron 5.000 docentes a la calle. Esta vez, tres de los cinco sindicatos convocantes se habían descolgado.

El plan de calidad se presentó como la herramienta estrella para combatir el fracaso escolar. Consistía en incentivar al profesor con 7.000 euros en 4 años, a cambio de que se comprometieran a diseñar nuevas estrategias con las que lograr que cada año sus estudiantes mejoraran el rendimiento respecto al curso anterior. Educación lo presentó el año pasado en plena vorágine preelectoral, y ya fue imposible disociarlo del debate político. Desde entonces, el plan de calidad incita a hablar más sobre política educativa que sobre educación.

Eso volvió a ocurrir ayer. Fue una protesta más reducida, pero las consignas eran las mismas que en mayo: aumentar la plantilla y el gasto en educación; reducir la ratio; subir el salario y retirar los incentivos, que consideran un "chantaje". Cerca de 1.500 docentes, según la Policía Nacional, se manifestaron desde la Maestranza hasta las puertas de la Consejería de Educación, en Torretriana. Repitieron el mismo recorrido que hace seis meses, en la primera huelga contra el plan de calidad que reunió a más de 5.000 profesores. Esta vez los manifestantes caminaron más deprisa -antes de una hora ya había llegado la cabeza de la protesta a la Cartuja- y más silenciosos. Educación dijo que el paro fue secundado por el 1,1% de la plantilla andaluza (1.045 docentes), y los convocantes dijeron que había participado el 20% de profesores.

El plan de calidad tiene a los sindicatos de la enseñanza enfrentados. Unos a favor -CC.OO, UGT y Anpe- y otros más o menos en contra -SADI, Ustea, Apia, CGT y CSI-CSIF-. Pero el verdadero enemigo del plan no es este rechazo, sino el desapego. A la consejería y al Gobierno regional no le preocupan tanto las manifestaciones de un sector crítico y minoritario como el que el plan de calidad se haya malentendido en los claustros. "Que colegios históricamente involucrados con la innovación docente y que llevan años haciendo un sobreesfuerzo hayan dado la espalda al plan nos descolocó un poco", explican fuentes de la consejería. Síntoma de esto es que la mayoría de profesores que ayer se manifestaron eran veteranos de la escuela que rondaban los 50 años.

En nueve meses, Educación ha abierto dos convocatorias para involucrar al mayor número de centros posible, logrando una implicación del 35% en la primera tanda, y del 20% en la segunda. Puede decirse que en el 44 % de colegios andaluces, dos tercios del claustro se han puesto de acuerdo para sacarlo adelante. Aunque la consejería modificó los requisitos de adhesión de forma que un centro puede participar en el plan de calidad sin que la mayoría de sus profesores forme parte de él.

El hecho de que en un colegio haya docentes adheridos al plan y otros que no dificulta el trabajo común y el desarrollo del plan. El proyecto debe incluirse en el plan de centro -documento que diseña la estrategia educativa del colegio- pero, ¿cómo podrán evaluar a unos y no a otros? Y si los datos mejoran, ¿será por los docentes del plan o por los demás? ¿O por todos? Y, entonces, ¿por qué unos cobran y otros no? ¿Y cómo se diseña una estrategia dentro de otra estrategia y luego se evalúa cada una por separado? El portavoz del Gobierno, Enrique Cervera, dijo ayer que no se plantean "ninguna nueva modificación al plan, sin menoscabo de que en un futuro se pueda producir".

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