En fútbol hay muchas teorías que son derribadas por los resultados. Al fin y al cabo lo que determina el devenir de un encuentro es su resultado final. Cosa muy distinta es cómo se consigue y si logra entrar dentro de los gustos del aficionado por el juego que se practica. Dicen que se gana por las virtudes propias y por los defectos del rival.
Hay veces, como sucedió en Anoeta el sábado, que los defectos son los mismos en los equipos –una desastrosa defensa– pero en el ataque la diferencia es tan abismal por la diferencia de calidad que es la que proclama la victoria aunque las ocasiones sean las mismas para los contendientes.
La solución Kanouté. No voy a repetir lo de la dinamita del Sevilla en ataque. Ahora bien, cuando están sobre el campo Navas, Perotti, Negredo y Luis Fabiano más el impresionante Kanouté puede pasar de todo. Se pueden permitir los fallos defensivos y las opciones de gol que facilitan al rival que llegado el momento las que tienen en las botas del malí terminan por determinar el resultado final.
Otra vez Kanouté y son tantas que el día que falte su presencia estará en la mente de los sevillistas con un recuerdo imborrable. Aprovechen las bazas atacantes, que pocos las tienen como el Sevilla, y encomiéndense a que nada le pase a Kanouté en las tres competiciones en las que está inmerso el Sevilla.
Es la solución a la falta de fútbol en la creación y a la debilidad defensiva del equipo de Gregorio Manzano.
Buen punto. Había ganado el Celta y también el Rayo. Nadie cede un ápice de terreno en el duro camino del ascenso a Primera división. El Betis, con numerosas y significativas bajas, no podía fallar en Huesca.
La Copa del Rey deja dinero pero también pasa factura por cansancio y lesiones. Un punto es bienvenido en estos momentos más por las circunstancias en que se consigue, porque pasan días y se esperan recuperaciones que serán básicas en el futuro. Cuatro y seis puntos son un buen colchón sobre Celta y Rayo Vallecano.
Queda un partido para terminar la primera vuelta y nadie debe dar por ganado un terreno que sólo se conseguirá con esfuerzo y sabiendo que cada partido es una final. El Real Betis tiene que mirarse a sí mismo y olvidarse de los demás. El ascenso se consigue en el campo y con grandes esfuerzos. Mel lo explica muy bien. Un día sí y otro también.