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Sin excusas contra el mobbing

Las empresas ya no tienen excusa para evitar la aparición de casos de mobbing entre sus trabajadores. Hasta ahora, éstas se escudaban en la falta de madurez del personal involucrado, restaban importancia al problema o, simplemente, preferían mirar hacia otro lado.

el 15 sep 2009 / 06:25 h.

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Las empresas ya no tienen excusa para evitar la aparición de casos de mobbing entre sus trabajadores. Hasta ahora, éstas se escudaban en la falta de madurez del personal involucrado, restaban importancia al problema o, simplemente, preferían mirar hacia otro lado. Pero esa actitud ya no se sostiene.

El Grupo PRL de la Sección de Recursos Humanos del Colegio de Psicología de Andalucía Occidental ha diseñado un método que permite detectar el riesgo de aparición de casos de acoso psicológico en las organizaciones. Esta herramienta se denomina Sistema de Análisis Triangular del Acoso (SATA) y está basada en la idea original de Lucas Sebastián Cárdenas, ergónomo experto en fallo humano y presidente de la Asociación Andaluza de Ergonomía y Psicosociología (ErgoAn), sobre el análisis de los tres principales actores implicados en las situaciones de acoso laboral: organización, acosador y acosado, y en sus interrelaciones.

Mediante la creación de un grupo multidisciplinar de expertos, los miembros del equipo de desarrollo del Proyecto SATA -Manuel Lucas Sebastián, Manuel Llano, Federico Almanzor y Silvia Cárdenas- han encontrado la clave para realizar un abordaje preventivo de las situaciones de acoso que, lejos de centrarse exclusivamente en perfiles, abunda en el análisis de los factores de riesgo a los que los trabajadores están expuestos en su entorno laboral y que pueden favorecer o no la aparición del fenómeno.

A las organizaciones les ha llegado la hora de entonar el mea culpa y de demostrar hasta qué punto están dispuestas a invertir tiempo y recursos en la prevención de riesgos psicosociales, una apuesta que les reportará mayores beneficios y más altos niveles de competitividad al incidir directamente en su principal activo: el capital humano.

Hasta ahora, cuando se hablaba de acoso en el trabajo, el problema solía circunscribirse casi en exclusiva a la relación entre acosador y acosado, pero rara vez se hacía referencia al contexto laboral en el que ambos se desenvuelven. Para los psicólogos, esta visión maniquea del mobbing, donde el acosador es el malo y el acosado es el bueno, ha quedado a estas alturas obsoleta. El SATA pretende arrojar luz sobre el papel de la organización como factor decisivo a tener en cuenta en la valoración de situaciones de acoso, pues para que se desencadene un caso de este tipo deben existir elementos que permitan e incluso alienten estos comportamientos.

"Desde este punto de vista, entendemos que la organización es, por un lado, el origen del proceso de acoso y, en segundo lugar, el escenario de las intervenciones psicosociales necesarias para prevenir el daño", explica Sebastián, para quien el mobbing es la punta del iceberg de un proceso de deshumanización del trabajo donde la empresa, "lejos de fomentar el desarrollo de las capacidades y habilidades de los empleados, concibe el trabajo humano como una mera forma de obtener más y más recursos, sin atender al crecimiento personal".

"El SATA se basa en el análisis y evaluación de las relaciones que se establecen entre la organización y los potenciales afectados, la entidad y los posibles acosadores y, por último, entre los potenciales acosadores y los potenciales afectados", explica Sebastián, quien sostiene que esta visión de conjunto es fundamental "para señalar el camino de las mejoras susceptibles de introducir en el conjunto de la organización". Cada ítem contestado representa un indicio sobre el riesgo de acoso, de modo que a mayor número de ítems, mayor es la posibilidad de la presencia de un caso de acoso o la vulnerabilidad para su existencia futura.

Este detector del acoso supone un importante avance en el campo de la Prevención de Riesgos Laborales, que hasta ahora contaba con algunos cuestionarios específicos para evaluar el daño en el acosado y/o las conductas de agresión en el acosador, pero no disponía de ningún instrumento para prevenir y diagnosticar el grado de exposición de los trabajadores ante este tipo de situaciones. SATA pretende blindar a las empresas ante la posible aparición de casos de mobbing.

Pero al margen de la utilidad de esta herramienta, que va más allá de las clásicas medidas de tolerancia cero contra el acoso, el presidente de ErgoAn matiza que no es mobbing todo lo que parece, de ahí la necesidad de contar con expertos para ponerle freno a un problema que puede acarrear serios daños en la salud del trabajador y de la compañía. Sebastián cree que la figura idónea para una correcta evaluación del acoso es el profesional experto en ergonomía con formación base en psicología.

El SATA ya ha sido presentado con éxito en el VI Congreso Internacional de Prevención de Riesgos Laborales, en la UNIA y en el segundo Simposio Iberoamericano de Ergonomía y Psicosociología.

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