Eva Luna y su familia, que ha pedido una vivienda social que no llega. / Manu R.R. (ATESE) Entre los 701 casos de familias que han solicitado al Ayuntamiento una vivienda social hay muchas diferencias, pero buena parte de ellas llevan meses sin respuesta municipal y han sufrido la descoordinación del Gobierno local en sus carnes. Papeleo interminable, respuestas en los casos en los que las hay contradictorias... y, en definitiva, por ahora, falta de ayuda. Sin embargo, el Gobierno local cuenta en su parque de viviendas sociales compuesto por 151 inmuebles con 24 pisos vacíos que tiene la intención de ir adjudicando de forma escalonada. Desde el 6 de julio hasta el 8 de noviembre de este mismo año adjudicó cuatro, así que este ritmo es lentísimo, denunciable e indignante para los afectados que ven cómo no pueden pagar la hipoteca o el alquiler, y cómo les amenazan con un desahucio o con el corte del agua. Según un expediente de la Gerencia de Urbanismo en el que se adjudicaban tres viviendas sociales en el Corral del Cura, en el paseo Miguel de Unamuno y en Estrella Altair, que fue ratificado en el consejo de Gobierno de dicha Gerencia el pasado 20 de noviembre, atendiendo a estas razones de urgencia y necesidad se ha puesto en marcha todo el proceso administrativo necesario para la adjudicación escalonada de las 24 viviendas disponibles. No especifica cuánto tiempo tardarán en llamar a los nuevos inquilinos, que podrán disfrutar de un techo hasta cinco años, en lugar del carácter vitalicio con que se suelen efectuar en Patrimonio, añade el escrito. Lo cierto es que el 15 de febrero de 2013 la Gerencia de Urbanismo aprobó traspasar a Emvisesa 156 viviendas sociales que antes estaban gestionadas por Otainsa (oficina que cerró el PP) y que supuestamente pasaban a depender de los criterios de servicios sociales y de la gestión de la empresa de vivienda. Sin embargo, dicha cesión aún no se ha materializado y quizás por eso muchos afectados han sufrido la descoordinación municipal. Al no haber una ventanilla única donde se puedan gestionar estos casos de emergencia social, el caos administrativo impera.