Hemos estado al borde de una nueva Gran Depresión. El empleo, el PIB y el comercio internacional han caído de manera similar a como lo hicieron en 1929. No obstante, el batacazo del pasado mes de marzo fue el último. La crisis se sosega y el año que viene tocará fondo. Excepto para el empleo, si no se hacen reformas.
Es la profecía del Presidente de la Comisión de Economía de la CEOE, José Luis Feito Higueruela, que ayer pronunció una conferencia organizada por la Cámara de Comercio de Sevilla y la Confederación de Empresarios de Sevilla.
A su juicio, la situación actual sólo se ha diferenciado de la Gran Depresión en la intervención masiva que han realizado los Estados, hecho que ha evitado que acabe con efectos tan devastadores como los de entonces.
"La crisis se suaviza. El panorama económico comenzará a mejorar a principios de 2010", vaticinó. "Pero, ¿en qué estado quedará España?".
En nuestro país el PIB ha descendido la mitad que en el resto de Europa. Eso aseguraría una recuperación más rápida, de no ser por una tasa de paro que se ha duplicado en el último año y que ya dobla la media de la Zona Euro.
Ello pone de manifiesto que "sugerir un cambio en el modelo productivo como una panacea es un error garrafal", según Feito.
"Las tremendas caídas de empleo golpean a la economía española desde las crisis de 1986 y 1993, a pesar de que antes no había ni la mitad de ladrillo", señaló.
"La crisis pasará, pero sin reforma laboral el paro seguirá aumentando". Así, subrayó que el Gobierno calcula que en 2012 seguirá habiendo cuatro millones de parados. "Éste es el principal lastre para la recuperación económica del país", sentenció.
A ello se une un factor consecuente. "España es el país que más déficit público ha generado por unidad de caída del PIB". "Con el panorama actual, no hay dinero para tanto AVE, ni para tanta sanidad y, mucho menos, para tanto subsidio de desempleo".
Para Feito el sistema es insostenible si no se acatan profundas reformas en el mercado de trabajo y en las políticas de gasto público.
En esta línea, apostó por el abaratamiento de la contratación, ya que en el aumento del paro español "incide más el actual retroceso en la creación de empleo que su destrucción". Además, "el Estado tiene que recortar gastos, empezando por el subsidio por desempleo que es demasiado alto [el 4% del PIB], o subir impuestos", afirmó.
